El gobierno brasileño prometió inicialmente que el dinero para construir los estadios no saldría de los bolsillos de los ciudadanos, pero, según el informe publicado por la ONG Transparencia Internacional, debido a los costos crecientes también los contribuyentes tuvieron que pagar las cuentas.  
El enojo de los brasileros por los actos de corrupción de sus políticos, despertó las grandes manifestaciones populares de protesta en Brasil.

“Se está destinando mucho dinero público para construir estadios en ciudades que no tienen suficientes ‘fans’ para llenarlos, como por ejemplo Brasilia y Manaos. Mientras tanto, millones de personas sufren la pérdida de obras y arreglos de infraestructura, tanto para caminos, escuelas, como para hospitales”, sostuvo Josmar Verillo, socio de  la ONG.

Transparencia Internacional indicó que este no fue el único hecho de falta de acceso a la información ocurrido en Brasil. El informe de de la ONG revela que los actos de corrupción, debido a la pérdida de información sobre la rendición de cuentas son múltiples.

Uno de los ejemplos expuestos es el de una investigación en Paraná, un estado al sudeste de Brasil, donde se descubrió que habían desviado sistemáticamente millones de dólares desde los fondos públicos a cuentas bancarias privadas. El mecanismo, habían creado una lista de "empleados fantasmas", quienes recibían el dinero del Estado.