Según la Secretaría de Transporte de Córdoba, entre 50 y 70 micros de larga distancia parten por día desde distintos lugares de la provincia, como plazas, clubes y centros vecinales, sin que las unidades ni los choferes pasen por ningún tipo de control.

Se trata, en su mayoría, de los coches que hacen tours de compras a la feria La Salada, en el partido bonaerense de Lomas de Zamora, o al barrio porteño de Once, y que ofrecen regresos en el día. 

El secretario de Transporte provincial, Gabriel Bermúdez, señaló al diario La Voz del Interior que “la gente contrata estos colectivos asumiendo un riesgo que puede ser muy grande si se pone en juego la seguridad”, y amplió: “A los choferes de esos coches no se les hace control de alcoholemia ni se les revisa la libreta, y pegan la vuelta durmiendo seis horas, o incluso menos”.

En números, prácticamente no hay diferencia entre estos micros y los que salen de cualquier terminal oficial de la provincia. El medio colega comprobó que un servicio común a Retiro cuesta 800 pesos ida y vuelta, mientras otro, partiendo de la Plaza Alberdi vale $ 750 y un tercero, que inicia su viaje en inmediaciones a una estación de tren y tiene como destino a Once, también cobra $ 800.

¿Cuál es la ventaja que ofrecen los llamados irregulares? Tras consultar con los pasajeros, La Voz concluyó que estos coches son elegidos porque van directo a los sitios de compra, tienen regresos en el día y permiten más carga por persona en la bodega.

Proyecto embudo

Un concejal de la capital provincial, Lucas Cavallo (Juntos por Córdoba), presentó un proyecto para hacer un embudo de controles en las terminales y que no haya colectivo que salga de la ciudad sin que la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) y el Ente Regulador de Servicios Públicos (Ersep) verifiquen su estado y se les hagan exámenes psicofísicos a los conductores.

La forma que encontró el edil de llevar los micros a las terminales es prohibir el estacionamiento de ómnibus de media y larga distancia en la vía pública, con una excepción para los que hacen recorridos dentro el área metropolitana.

La iniciativa está siendo discutida en comisiones del Concejo Deliberante local. Allí recibió el apoyo del delegado de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) en Córdoba, Horacio Savid. Ante los concejales, el funcionario reconoció que su dependencia “no está en condiciones” de fiscalizar todo lo que circula por la provincia, pero que un proyecto como el de Cavallo “ayudaría a lograr que todos los conductores pasen por el gabinete psicofísico, -puesto en en marcha hace dos semanas-, y a controlar el estado del colectivo, que las gomas no estén lisas, que cuente con la revisión técnica obligatoria y tenga las habilitaciones al día”.

Otros que se manifestaron frente a los concejales fueron los transportistas que tienen oficinas en la Terminal, quienes estimaron que diariamente pierden al menos mil pasajeros por los chárteres de compras.

Asimismo, el proyecto fue avalado por el presidente del Ente Regulador de Servicios Públicos (ERSEP), Mario Blanco, quien apuntó que actualmente este organismo no tiene la potestad de fiscalizar los servicios de larga distancia, pero que “si todos los colectivos pasaran por las terminales, se verificaría que tengan los papeles de habilitación y seguro al día, y lo más importante, podríamos recibir las quejas de los usuarios”, explicó.  

Una de película

Sin embargo, que los micros de larga distancia salgan de las terminales tampoco garantiza seguridad.

El viernes a la tarde, dos choferes de la empresa Crucero del Norte dieron negativo en el control psicofísico por estar “fatigados”, y los agentes de la CNRT les retuvieron sus licencias

Según el protocolo, ante casos como estos la firma tiene la obligación de designar a otros conductores para que los 31 pasajeros que en ese momento estaban a bordo de la unidad lleguen a su destino, que era Posadas, Misiones.

¿Qué hicieron los fatigados trabajadores del volante? Se subieron igual al micro y, sin sus licencias, emprendieron la fuga junto a los pasajeros.

Inmediatamente se inició un operativo de búsqueda, del que también participó Gendarmería. El coche fue interceptado en la localidad de San Francisco, a unos 200 kilómetros de la capital cordobesa, donde se había detenido para levantar a cuatro pasajeros más.

Así fue que los conductores quedaron detenidos, la unidad fue secuestrada y los 35 pasajeros tuvieron que esperar más de siete horas hasta que los buscara otro micro, en el que fueron trasladados a la capital misionera.