En el marco del caso de corrupción que están atravesando los dirigentes de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) por presuntos sobornos que tuvieron que ver con la elección de las sedes de las próximas Copas del Mundo -Rusia 2018 y Qatar 2022-, Transparencia Internacional (TI) elaboró la semana pasada el documento “Devuelvan el juego” bajo el slogan “Arreglemos la FIFA”, en el que aseguró que la institución “es una democracia defectuosa que necesita arreglarse urgentemente”.

“FIFA es una organización no gubernamental con ganancias netas que exceden los 5.000 millones de dólares”, inicia el relevamiento. Es de público conocimiento que la institución que gobierna las federaciones de fútbol tiene una enorme red mundial de influencia social. De hecho, tiene más países asociados (209) que la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Todo nace de un supuesto: “Si la FIFA fuera una empresa multinacional, tendría que rendir cuentas a sus accionistas”. Pero tanto la organización en sí como su Comité Ejecutivo no tienen la obligación de hacerlo porque está “exenta de cualquier tipo de monitoreo legal, divulgación obligatoria o normas de cumplimiento” que serían el estándar para empresas de esta magnitud. 

Elecciones

El próximo 26 de febrero serán las elecciones en las que se conocerá al sucesor del actual presidente, Joseph Blatter. Ahora bien, ¿quiénes son los que eligen a los miembros de la FIFA? Las seis Confederaciones son las encargadas de hacerlo: la Confederación Africana (CAF), la Confederación de Norte, Centroamérica y el Caribe (CONCACAF), la Confederación Sudamericana (CONMEBOL), la Confederación de Oceanía (OFC), la Confederación Asiática (AFC) y la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA).

Transparencia Internacional cree que las organizaciones “necesitan ser más transparentes y rendir cuentas a sus propias ligas, clubes, jugadores, aficionados del deporte y ciudadanos”. Para que la membresía de la FIFA dependa de estándares altos en materia de rendición de cuentas, la ONG propone “publicar las declaraciones de intereses del Comité Ejecutivo y sus delegados” y ”establecer una auditoría independiente de cuentas para los fondos que reciben de los organizaciones beneficiarias y todos sus gastos e ingresos asociados”. 

Por otra parte, “los comicios donde deben votar los delegados ocurren en secreto”. En este sentido, los investigadores aconsejan que “todos los candidatos deben estar sujetos a una prueba de integridad que sea verificada por un órgano independiente” y que los mismos “deben publicar una declaración de intereses completa”. 

Con respecto al Presidente de la FIFA, TI considera que “debe ser elegido a través del voto abierto en el Congreso” y que los mandatos “deben ser limitados a dos de cuatro años cada uno”. 

Comité Ejecutivo

La alta dirección de la Federación Internacional de Fútbol está compuesta 25 miembros, de los cuales 23 son elegidos por las Confederaciones, el Presidente y una socia femenina designada por el Congreso. Pero “no existen directores ejecutivos independientes para supervisar ni para desafiar las decisiones”.

Es por eso que proponen que “debe haber un balance de funcionarios independientes para que no haya una persona o un grupo reducido de personas que dominen la toma de decisiones”.

Transparencia fiscal

La opacidad de los informes financieros de la FIFA “hace imposible que haya un verdadero régimen de rendición de cuentas y transparencia” para monitorear cómo se gastan los fondos. 

Ante esta situación, Transparencia Internacional aconseja que “se publique todo pago o beneficio”, que “se informe según el proyecto todos los fondos destinados” al mismo, así como que se divulgue “la información financiera en una plataforma de datos abiertos”. 

Por último, con respecto a los patrocinadores, emisoras y empresas de publicidad, se cree necesario que “todos los contratos sean sujetos a procesos de licitación competitiva en mercados abiertos”.