El Registro Federal de Cultura (RFC) presentó el informe 2021-2022 que reúne los datos recaudados y producidos a dos años de su creación. En el documento se explica cómo funciona el sistema encargado de unificar, transparentar y democratizar las convocatorias del Ministerio de Cultura de la Nación.

Mediante la resolución 130/2021, en marzo de 2021 se creó la primera herramienta encargada de inscribir y gestionar las convocatorias del Ministerio a través de la página somos.cultura.gob.ar. Surgió en el contexto de la pandemia Covid-19 para dar respuesta a dos necesidades: agilizar los circuitos de la gestión unificando el portal de ingreso a becas, subsidios y concursos y, también, reconocer a quienes integran el universo cultural, sean trabajadores, espacios culturales, empresas y organizaciones.

“Es la base de datos que nos permite realizar el seguimiento y la evaluación de los diferentes programas que se implementan".

La plataforma depende de la Dirección de Planificación y Seguimiento de Gestión en la Unidad de Gabinete de Asesores y se encarga de contribuir a todos los procesos de documentación, diseño, implementación e integración del área. Para la toma de decisiones vinculadas con la población y la política implementada, el tratamiento de la información permite realizar análisis y elaborar herramientas. 

"La base de datos permite realizar el seguimiento y la evaluación de los diferentes programas y generar información para la toma de decisiones”, expresó Julia Houllé, directora de Planificación y Seguimiento de Gestión del ministerio de Cultura de la Nación en comunicación con El Auditor.info.

Con respecto a esa información recaudada, explica que "es de gran importancia generar información a nivel federal sobre los diversos actores culturales ya que de esta manera se vislumbran las características de los trabajos y actividades con sus respectivos modos de participación y gestión”.

Hasta ese momento, el Ministerio de Cultura de la Nación no tenía una plataforma propia. De hecho, para los apoyos de emergencia implementados en 2020 (Sostener y Fortalecer Cultura), se utilizó la plataforma del Fondo Nacional de las Artes. “Fue necesario crear el Registro para unificar y agilizar los circuitos de gestión a largo plazo y también para contar con una herramienta que nos permita de manera permanente generar información sobre los programas y sobre las y los interlocutores del Ministerio, para la mejora continua de la política”, especificó Houllé. 

El Registro cuenta con más de 142.000 personas inscriptas y 53 convocatorias realizadas.

El Registro Federal de Cultura que en dos años ya cuenta con más de 142.000 inscripciones y 53 convocatorias realizadas, es un instrumento que requiere del diálogo constante con múltiples actores y de un desarrollo flexible que contemple las necesidades de la ciudadanía como de los equipos de trabajo del Ministerio.

"Nos permitió también mejorar la comunicación y la atención a las y los destinatarios de la política”, indicó Houllé.

Registro inclusivo

Desde una perspectiva de ampliación de derechos, es el primer registro administrativo del Ministerio en incorporar preguntas acerca de la identidad de género, la pertenencia a pueblos indígenas y afrodescendientes. También la herramienta que a través de convocatorias específicas abrió las puertas a hacedores culturales de todo el país para formar parte de la programación de espacios como el Centro Cultural Kirchner, el Parque Tecnópolis y el Centro Cultural Borges. 

En relación al eje identidad de género las áreas de artesanías, patrimonio y gastronomía muestran una mayor proporción de mujeres, mientras que música, artes multimediales, audiovisual y oficios técnicos, presentan un perfil más masculinizado. 

El Registro permite transparentar procesos de gestión, aportar a los procesos de construcción y consolidación de la democracia, así como la ciudadanía incorpora los datos al momento de inscripción, los informes y las visualizaciones públicas que permiten mejorar los proyectos.

Instructivo Registro Federal de Cultura

En cuanto a la diversidad cultural, 16.463 personas declararon pertenecer a pueblos originarios y/o indígenas, y 5.347 se reconocen como afrodescendiente o poseen antepasados de origen africano.

Al analizar las áreas de participación cultural pudimos ver que, en sus inicios, el Registro captó a quienes se desempeñan principalmente en música (28%) y artes escénicas (20%), dos áreas especialmente afectadas por el cierre de actividades presenciales producto de las medidas sanitarias adoptadas en contexto de ASPO. 

En referencia a la capacitación que reciben los trabajadores del registro, Houlle asegura que “es continua" por que la herramienta se va mejorando constantemente con un equipo muy variado compuesto por: ingenieros, gestores, técnicos y profesionales de distintas disciplinas culturales.

“Esperamos que sea un instrumento que perdure en el tiempo ya que es innovador y facilita un Estado presente con políticas públicas de calidad”, finalizó Houllé.