¿Cómo es un día de clases en la Antártida?
La Escuela Provincial 38 Presidente Raúl Ricardo Alfonsín de Base Esperanza respeta el ciclo lectivo de la provincia de Tierra del Fuego. En 2023 hubo 11 estudiantes entre todos los niveles. Cómo es estudiar, o enseñar, con temperaturas bajo cero y solo tres horas de luz solar al día.
El 11 de marzo de 1997 comenzó a funcionar en la Base Esperanza de la Antártida Argentina, dependiente de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, la Escuela Presidente Provincial Nº 38 "Presidente Raúl Ricardo Alfonsín" (ex Presidente Julio Argentino Roca). Los alumnos son hijos de las familias residentes, personal de las fuerzas armadas, técnicos y civiles que viven transitoriamente por un año en la base y los docentes que dependen de Tierra del Fuego son una pareja maestro y maestra.
En relación al ciclo lectivo, la escuela cuenta con jardín de infantes, escuela primaria “plurigrado” y con secundario bajo el Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino (SEADE).
Para conocer cómo es un día de clases en la Escuela Provincial Nº 38 Raúl Presidente Ricardo Alfonsín, El Auditor.info se comunicó con Ariadna Verónica Berrardo, quien es docente hace más de 20 años en diferentes provincias por las cuales pasó junto a su familia. En 2023 fue seleccionada para invernar en la Base Esperanza y la contrataron para desempeñar el rol de tutora del SEADE.
- ¿Cómo es la Escuela?
El establecimiento es bastante amplio. Son cuatro salas: una para el jardín de infantes llamada “Buque Micaela”; otra para la primaria plurigrado, que depende del Ministerio de Educación de Tierra del Fuego; y una sala más para el secundario, que trabaja a través del SEADE. El cuarto espacio se usa como dirección y biblioteca, y un SUM muy grande para actos educativos, actos cívico-militares y también para las prácticas deportivas.
- ¿Cuál es la rutina de la escuela?
A las 8 de la mañana, los alumnos, docentes y tutoras nos encontramos e izamos la bandera cantando Aurora. Luego, se da un espacio de charla entre todos donde se puede comentar alguna noticia, o lo que los chicos crean importante, y después ingresamos a las aulas. A la primaria van 11 alumnos, en el jardín hay un niño, en el secundario cuatro y también hay dos jóvenes que estudian en la facultad, que a veces colaboran con los docentes. En total hay 18 alumnos. A media mañana un desayuno, a las 12:30 se van a sus casas y un miembro de la familia va a buscar la comida a la casa principal y comen cada uno en sus casas y recién a las 15:00, vuelven al establecimiento educativo para finalizar la jornada a las 17:30.
- ¿Cómo es el ciclo lectivo?
Exactamente lo mismo que en Buenos Aires o en las provincias. Comienza a fines de febrero o principio de marzo y termina a mediados de diciembre. La primaria se ajusta al plan de estudios del Ministerio de Educación de Tierra del Fuego, con las mismas actividades. El SEADE brinda la posibilidad de elegir orientación contable o social. Dos de los estudiantes eligieron orientación docente y los otros dos hacen el ciclo básico. Dentro de esa orientación hay una materia que me llamó mucho la atención que es “Defensa Nacional”. Me gustó mucho porque se trata sobre la defensa de nuestros derechos, nuestros territorios e ideologías, y sobre todo en conocer el continente antártico.
- ¿Y cómo es el día de una tutora del SEADE?
Me levanto, desayuno y preparo el bolso, con la computadora y el disco rígido donde está todo el material de los chicos. Desde el día anterior ya tengo que tener verificadas todas las dudas de los estudiantes para poder ayudarlos. La escuela me queda a 50 metros de mi casa, pero me lleva tiempo ir por la nieve. Es todo un preparativo: la primera piel, la segunda piel, la campera, la capucha, el gorro, los lentes cuando hay sol y no me puedo olvidar los guantes, porque se te congelan los dedos y es un dolor tremendo. Cuando llego, me saco todo y lo dejo en la primera entrada donde se cuelga todo el abrigo antes de pasar al establecimiento. Una vez dentro organizo las computadoras, con sus cargadores y verifico la conexión a internet de cada máquina.
Preparo las clases y los diagramas para orientar a los chicos. Hay algunos temas de 5º año que los tengo que estudiar o revisar para poder explicarlos y entre todos llegar a una conclusión. El SEADE nos pide que los exámenes sean escritos, les reviso la ortografía, los escaneo y los subo a la plataforma. Con el original armo una carpeta, junto con un archivo que tengo que descargar del sistema, para luego esperar que llegue un helicóptero que los envíe a Buenos Aires para que el SEADE confirme la nota y la suba a la plataforma. Pueden pasar dos meses para la confirmación de una nota, pero siempre salió todo bien, son todos muy atentos para orientarnos. Hay que ir a la escuela con todas las pilas y bien lúcida para orientar a los chicos y además, darles herramientas fuera de la currícula, por ejemplo, sobre el uso de redes sociales o herramientas digitales para que ellos también puedan hacer alguna presentación.
- ¿Qué te dejó un año como tutora en la escuela?
Me abrió una visión distinta, me amplió los conocimientos, pude ver cómo es manejar adolescentes y guiarlos. Hablamos mucho de redes sociales, de bullying. Es fundamental entender que lo más importante es la parte emocional. A veces teníamos solo tres horas de luz solar y eso es difícil, te puede llevar a un estado de letargo y teníamos que poner incentivos, alentarlos. Tomábamos mate, veíamos una película, dábamos una vuelta. Todo con autorización de los padres y del jefe de base. También, hicimos visitas al museo, a la usina u otros recorridos. Y vimos unos paisajes que todos los días te sorprenden, sacamos mil fotos, vimos muchos parhelios, un espectáculo diario.
La voz de los estudiantes
Stefano Cordero Berrardo cursó su segundo año de secundaria a través del Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino (SEADE), en la Escuela Provincial 38 Presidente Raúl Ricardo Alfonsín, en Base Esperanza de la Antártida Argentina.
En diálogo con El Auditor.info, el joven relató cómo era un día de clases en la institución y las actividades extracurriculares que realizaba. “Cuando llegábamos a la escuela nos sacábamos la ropa de abrigo, saludábamos a la bandera y entrábamos a las aulas. Abríamos la computadora para ver si teníamos un foro, un trabajo práctico o un examen y en caso de no saber hacer ciertas cosas, nuestra tutora nos explicaba todo”, describió Stefano.
Pero la educación de Stefano no sucedía únicamente dentro de la escuela. “Tuve la oportunidad de conocer y aprender muchas cosas sobre nuestro sector antártico; la fauna, flora; cómo seleccionar y separar residuos y su proceso de reutilización. Conocimos el museo, donde apreciamos algunos fósiles y salimos a investigar algunos temas que luego contábamos en la única radio de la Antártida. También, había días que teníamos videoconferencias con otras escuelas de Argentina y de otros países, por ejemplo, Estados Unidos”, recordó.
Sobre la Antártida
El 22 de febrero de cada año se conmemora el Día de la Antártida Argentina. La fecha se basa en que ese día, pero de 1904, se izó la bandera argentina en la Isla Laurie del grupo de Islas Orcadas, al ser inaugurada la actual Base Orcadas.
Para conocer más sobre el continente blanco y específicamente sobre la Antártida Argentina, El Auditor.info visitó el museo y la sede de la Fundación Base Marambio y dialogó con su presidente, el suboficial mayor retirado, Juan Carlos Luján.
Luján explicó que Argentina, en la Antártida, tiene 13 bases, de las cuales siete son permanentes, es decir, que están operativas todo el año, y el resto temporarias, con actividad solo en verano. Del total, dos son administradas directamente por la Cancillería: Carlini (permanente, ex base Jubany) y Brown (temporaria). Las demás bases son administradas por el Comando Conjunto Antártico: Base Conjunta Orcadas, Base Conjunta Marambio, Base Conjunta Esperanza, Base Conjunta San Martín, Base Conjunta Petrel y Base Conjunta Belgrano II (permanentes); y las bases temporarias Melchior, Decepción, Cámara, Primavera y Matienzo.
Además de Argentina, hay otros países que también tiene bases de operatividad permanente en la Antártida: Chile y Rusia (5); Australia, Estados Unidos y Francia (3); Alemania, China, Corea del Sur, India, Reino Unido (2); Brasil, Italia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Sudáfrica, Ucrania, Uruguay y Perú (1).
En el país tal vez la base más conocida es la Base Marambio. Allí se constituyó un polo de actividad científica, donde funciona el Servicio Meteorológico Nacional, que brinda un estudio de las condiciones meteorológicas de la zona como parte de la red mundial de meteorología.
En la Base Marambio, además, desarrolla su labor científica el personal de la Dirección Nacional del Antártico - Instituto Antártico Argentino (DNA-IAA) que durante todo el año y especialmente en verano es distribuido, por medio de aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea Argentina, a las zonas de estudio e instalación de campamentos que realizan trabajos de estratigrafía, sedimentología, glaciología, criología, petrografía, biología, arqueología histórica y paleontología.