Según la información oficial, se calcula que han quedado solamente unas 7 mil ballenas franca austral en el océano Atlántico Sur, principalmente en aguas de Argentina, Brasil y Uruguay. Ahora la Corte Suprema debe decidir si concede una medida cautelar climática para proteger la especie del offshore en Mar del Plata.

El Mar Argentino constituye una de las áreas biológicamente más reproductivas del océano.

El Mar Argentino se extiende sobre una amplia plataforma continental que tiene aproximadamente 5.600 kilómetros de costa y constituye una de las áreas biológicamente más productivas del océano global.

La población de la ballena franca austral ha disminuido drásticamente debido a actividades humanas como la caza industrial durante el siglo XX, el ruido marino de origen antropogénico (que proviene del ser humano), el calentamiento global, la contaminación y, sobre todo, la actividad petrolera.

Un tercio de las ballenas francas del mundo utiliza las bahías protegidas de la Península Valdés, en Argentina, como hábitat de apareamiento y parición entre los meses de mayo y diciembre. En esa zona es donde existen varios proyectos de exploración petrolera con técnicas invasivas de sondeo sísmico que ponen en peligro la especie.

Si bien en 2021, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible declaró a la Ballena Franca Austral fuera de peligro de extinción, en nuestro país tras haberse registrado un crecimiento poblacional en las últimas décadas, Laura Lapalma, especialista en Derecho Ambiental y Tutela Jurídica del Patrimonio Cultural y coordinadora del proyecto del área de Biodiversidad de FARN (Fundación Ambiente y Recursos Naturales), aseguró que en la actualidad, y si se conceden los permisos para el offshore en Mar del Plata, la especie volverá a estar en peligro de extinción tras las consecuencias que puede presentar para ellas la actividad petrolífera en sus zonas de reproducción.

“La ballena franca austral está en peligro de extinguirse pues así lo declaró el convenio CITES, Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna  y Flora Silvestre, que tiene tres apéndices, y hay uno que incluye a esta especie”, especificó Lapalma.

"Cualquier actividad con gran impacto acústico afectará la vida de estas especies”.

En cuanto a cómo afectará la construcción del oleoducto en Mar del Plata a la especie y su reproducción, así como a otros animales, señaló que “la construcción de plataformas petroleras genera grandes ondas sonoras que en el mar adquieren otra dimensión y magnitud”. 

Asimismo, Lapalma indicó que “el Mar Argentino tiene una gran biodiversidad y los cetáceos utilizan el sonido para funciones vitales como la alimentación, socialización y reproducción”. Por eso, cualquier actividad con gran impacto acústico afectará la vida de estas especies.

Otros riesgos de la actividad petrolera mencionados por la especialista pueden ser los derrames, que implican una pérdida irreversible de vida marina, la actividad pesquera, que degrada la biodiversidad de la que se alimentan, y la contaminación por plásticos.

Sobre cómo mitigar los riesgos, Lapalma aseguró que “la actividad offshore es intrínsecamente riesgosa y se necesita planificación y gestión preventiva y precautoria, pensar en alternativas de desarrollo sostenibles y que el Estado prevenga daños graves". Por último, recomendó más áreas marinas protegidas y que Argentina cumpla compromisos de conservación apoyándose en herramientas legales actuales.

La caza de la ballena franca austral fue prohibida en todo el mundo para que su situación mejore progresivamente.
La caza de la ballena franca austral fue prohibida en todo el mundo para que su situación mejore progresivamente.

¿Qué es una plataforma Offshore?

Una plataforma offshore es una estructura marítima utilizada para la exploración y explotación de petróleo y gas natural debajo del lecho marino. Se ubica a cierta distancia de la costa, anclada en el fondo del mar. Consiste en una gran estructura con múltiples pisos que alberga equipos de perforación, procesamiento, almacenamiento y transporte de los hidrocarburos extraídos. También, incluye áreas de trabajo y alojamiento para el personal.

Mediante estas plataformas se puede acceder a yacimientos ubicados en aguas profundas, que de otra forma serían inalcanzables. Su operación es compleja ya que deben resistir condiciones climáticas adversas propias del mar abierto. Además, requieren de estudios sísmicos previos para identificar posibles depósitos bajo el lecho marino. Una vez instalada la plataforma, se realizan perforaciones exploratorias para confirmar la presencia de hidrocarburos y evaluar la factibilidad de su extracción.

Las plataformas offshore generan impactos ambientales como la contaminación acústica por estudios sísmicos, vertidos de hidrocarburos y emisiones atmosféricas. Se deben tomar precauciones para proteger los ecosistemas marinos frágiles.

La empresa Equinor posee derechos de exploración en ocho bloques repartidos en las cuencas norte y sur, seis como operador y dos como socios.
La empresa Equinor posee derechos de exploración en ocho bloques repartidos en las cuencas norte y sur, seis como operador y dos como socios.

Exploraciones en Argentina

A principios de los años '90, empresas como YPF y Pérez Companc realizaron los primeros estudios sísmicos y perforaciones exploratorias frente a las costas de Mar del Plata en busca de petróleo y gas.

En 1997, Repsol YPF obtuvo concesiones para exploración y explotación offshore en la zona. Tres años después perforó el primer pozo (E-1), pero no encontró reservas. En 2002 se perforó un segundo pozo (E-2) con resultado negativo. Ante esto, Repsol detuvo operaciones por varios años aunque mantuvo las concesiones.

En 2006 empiezan las primeras protestas contra la explotación offshore. En 2012 Repsol retoma actividades con planes para nueve nuevos pozos, generando un gran rechazo ciudadano entre 2012-2014 que lleva a cancelar el proyecto.

En 2014 Repsol rescinde contratos y da por finalizadas actividades offshore en Mar del Plata. Las áreas de concesión son devueltas. No hubo nuevos intentos petroleros hasta 2018. Y en 2018 hubo licitaciones nacionales de áreas offshore pero se excluyó Mar del Plata. Recién en 2021 el gobierno autoriza explotación petrolera offshore en esta ciudad mediante el Decreto 900/2021.

“La medida cautelar climática es para evitar un daño irreversible y permanente al ecosistema de Mar Argentino”.

Actualmente hay un proyecto petrolero offshore de la empresa Equinor pendiente en la zona a la espera de la aprobación de la Corte Suprema, mientras distintas organizaciones ambientalistas buscan detenerlo para proteger la biodiversidad marina

Para Cristian Fernández, abogado especializado en derecho ambiental y coordinador del área de Asuntos Legales de FARN, uno de los principales desafíos es conocer la información detallada y precisa sobre dónde se encuentran especies en peligro de extinción y qué comportamiento tienen en el ecosistema marino.

“Gracias a la tarea del Foro para la Conservación del Mar Patagónico y organizaciones como el Instituto de Conservación de Ballenas que hacen un seguimiento de las rutas migratorias de estos mamíferos marinos es posible obtener esa información”, ahondó Fernández.

Sobre la medida cautelar climática presentada ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Fernández aclaró que "es para evitar un daño irreversible y permanente al ecosistema de Mar Argentino y apela a proteger la biodiversidad marina y exigir estudios ambientales robustos que no pierdan de vista el impacto climático acumulado de la actividad offshore". 

Control sobre el uso de los océanos

La Auditoría General de la Nación (AGN) relevó el desempeño del Ministerio de Ambiente en el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 (ODS 14), referido a la conservación y uso responsable de los océanos y recursos marinos entre 2015 y 2018.

El informe detectó una serie de falencias, como la caída del presupuesto asignado, indicadores ambientales inconsistentes y metas incumplidas con relación a la agenda 2030 que impulsa Naciones Unidas.

Uno de los puntos más críticos fue que Argentina solo adoptó 2 de las 10 metas que integran el ODS 14: la creación de Áreas Marinas Protegidas (AMP) y la generación de conocimiento científico sobre ecosistemas marinos. Esto dejó afuera objetivos clave referidos a la pesca sustentable y la recomposición de ambientes marinos dañados, que son vitales para preservar los océanos según la ONU.

Sobre las AMP, la AGN recalcó que el país no llegó a cumplir el plazo de proteger el 10% de sus aguas costeras para 2020, alcanzando solo un 7,05% al finalizar el período auditado.

Además, el organismo advirtió sobre problemas normativos, ya que las provincias tienen jurisdicción sobre sus recursos naturales según la Constitución. Esto genera superposición de competencias y dificultades para que Nación implemente políticas ambientales. La AGN subrayó que el Ministerio de Ambiente tiene "limitadas competencias" sobre estos temas.