"Si el Covid entró en la cárcel es porque alguien lo ingresó y no fue, justamente, el preso”
Para Leandro Halperin, legislador porteño y especialista en la temática, la presencia del virus en un penal puede generar problemas al sistema sanitario. La Cámara de Casación Penal había recomendado la prisión domiciliaria para algunos detenidos.
Los reclamos de los presos despertaron un sinfín de comentarios al respecto. Para Leandro Halperin, legislador porteño, abogado y especialista en el tema, los conflictos en las prisiones no tienen una sola causa.
“Siempre alguna influye más. Ahora, lo que más importa es la posibilidad de contagiarse el Covid en las cárceles. Pero hay más motivos”, aseguró en diálogo con El Auditor.info.
Respecto de los títulos de portales que afirman que exigían libertad, lo consideró “parte de la infodemia”. Para Halperin, “un preso puede pedir su libertad y lo hace cuando no hay pandemia también. De ahí a que haya posibilidad de que sea cierto, es algo que ni siquiera se plantea”.
"En las cárceles es imposible mantener distanciamiento"
Lo que la Cámara Federación de Casación Penal así como la Bonaerense aconsejaron es que aquellas personas que estén en prisión por delitos leves, es decir, con condenas de menos de tres años, puedan continuar cumpliendo la pena en su domicilio, siempre analizando caso por caso y con controles del Poder Ejecutivo nacional.
“Otra población sobre la que se recomendó prisión domiciliaria es aquella que tenía salidas transitorias, algo que está previsto en la última etapa de la pena. Durante un tiempo, el Estado supervisa el avance hacia la libertad” con este tipo de permisos, precisó. En ese caso, podría haber algún detenido con condena de más de tres años, pero ya en una instancia inmediatamente anterior al cumplimiento de su pena.
Las salidas transitorias se encuentran reguladas por la Ley Nº 24.660, de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad.
Respecto del último grupo que la Cámara recomienda para evaluar caso por caso “es el de las personas de población de riesgo, tales como mujeres embarazadas, madres con hijos y personas asmáticas, con problemas respiratorio y diabéticos, entre otros”.
¿Está bien que esto ocurra? Halperin reconoce que “a algunos no les gusta, pero si el Covid entró en la cárcel es porque alguien lo ingresó y no fue, justamente, el preso”. “El Estado podría haberlo evitado. Si hubiese hecho lo que tenía que hacer, no tendríamos este problema. Pero no cuidan a los trabajadores penitenciarios, no hacen su labor con barbijos, no hubo alcohol en las cantidades necesarias, ni lavandina”, aseguró.
En su artículo 18, la Constitución Nacional establece que "las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas".
El motín ocurrido en Devoto encendió las alarmas, aunque rápidamente se llegó a un acuerdo. “Hay una mesa de diálogo que dice que el Estado se compromete a respetar la ley. Ese debería ser el punto de partida y no el comienzo de la negociación en un conflicto. La Constitución Nacional es muy clara en la finalidad de la prisión”, precisó Halperin.
En su artículo 18, la Carta Magna establece que "las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas".
Para el docente universitario, frente a un estado de emergencia como el que vive el país, hay que hacer lo que el Presidente, los gobernadores provinciales y el jefe de Gobierno porteño decidieron, que es priorizar la salud pública. “En las cárceles es imposible mantener distanciamiento. Si hay que producir aislamiento es complejo”, indicó.
¿Qué pasa si la población carcelaria se contagia? “Muchos van a terminar en los hospitales, van a necesitar respiradores y son elementos que necesitamos cuidar y evitar. En prisiones, institutos para menores, neuropsiquiátricos y geriátricos hay que poner más atención que en otros casos para prevenir el virus”, consideró.
Además, advirtió sobre el riesgo de que la atención no sea la misma para todos. “El Estado no puede priorizar las vidas de unos sobre otros", apuntó, al tiempo que retóricamente se preguntó si estar preso puede ser un motivo para no habilitar el sistema de salud a alguien y qué pasa con quien alguna vez estuvo detenido y ya cumplió la pena. "Para eso hay derechos humanos”, destacó.
En ese mismo sentido, se mostró sorprendido por la reacción de las personas al enterarse del funcionamiento carcelario. Aseguró que le cuesta entender que alguien suponga que en las prisiones se hacen las cosas bien y que algo bueno va a salir de ahí. “En general, producimos más daño con las instituciones penitenciarias argentinas”, consideró, y agregó: “Se puede hacer un montón de cosas, de lo que no tenemos chance es de hacer cosas que la ley prohíbe. Si no, nos convertimos en lo que reprochamos, nos transformamos en delincuentes como sociedad”, concluyó.