Ciencia y derechos humanos: qué es el Banco Nacional de Datos Genéticos
El organismo contribuye desde la genética a la recuperación y restitución de identidad de nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo. Fue el primero del mundo en almacenar las muestras que surgían de los estudios para comparaciones futuras.
Cuando Gregor Johann Mendel presentó el 8 de febrero de 1865 sus primeros trabajos sobre la transmisión de rasgos hereditarios en los híbridos de plantas se lo subestimó. Debieron pasar casi 35 años para que otros investigadores lo redescubran y valoren su aporte hasta convertirlo en el “padre de la genética”. Un siglo y medio después los estudios sobre genes avanzan aceleradamente. Las investigaciones han contribuido a la prevención y tratamiento de enfermedades o en la evolución de la medicina reproductiva. También a saber de dónde venimos y quiénes somos.
“Es parte fundamental del proceso de Memoria, Verdad y Justicia que se inició con la recuperación de la democracia”.
En Argentina los estudios genéticos tienen una relevancia muy particular. Gracias a los avances en la materia, el país cuenta con el primer Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) del mundo, un organismo que contribuyó desde la ciencia a la recuperación y restitución de identidad de nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo. “Es parte fundamental del proceso de Memoria, Verdad y Justicia que se inició con la recuperación de la democracia”, sostiene ante El Auditor.info la directora de Investigación y Desarrollo del organismo, Florencia Gagliardi.
El Banco fue el resultado del trabajo de varios años que se inició cuando las Abuelas le transmitieron sus dudas y le pidieron la colaboración del ámbito científico a Víctor Penchaszadeh, un médico genetista argentino que estaba exiliado en los Estados Unidos. En 1984, gracias al desarrollo del “índice de abuelidad”, Paula Eva Logares fue la primera nieta con restitución de identidad en el mundo a partir de la información genética de sus abuelos. Tres años después, en 1987, se creó el organismo tras la promulgación de la Ley 23.511.
“Las Abuelas buscan la ayuda de la ciencia cuando se les presentan dificultades para identificar a niños que habían nacido en cautivero o que ya habían crecido y no tenían otras maneras para reconocerlos. Y entonces desde el ámbito científico se empezó a avanzar en la forma de responder a esa demanda, lo que también fue bastante inédito porque era poner a la ciencia a disposición de la resolución de un delito de lesa humanidad”, considera Gagliardi.
Desde 2009, el BNDG está bajo la órbita del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación y funciona como organismo autónomo y autárquico. Allí se almacena el material genético y muestras biológicas de familiares de personas que han sido secuestradas y desaparecidas durante la dictadura militar argentina (1976-1983).
De un pequeño laboratorio a organismo internacional
En tiempos en que los análisis genéticos no eran tan conocidos ni contaban con el desarrollo actual, la primera sede del Banco Nacional de Datos Genéticos fue un laboratorio perteneciente al Servicio de Inmunología del Hospital Carlos G. Durand. Actualmente, el BNDG cuenta con espacio propio en la Avenida Córdoba 831, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“El trabajo comienza en los 80 y todos los estudios se hacían con una base serológica. Entonces surgió la necesidad de contar con un banco de datos genéticos para almacenar tanto las muestras de las familias que buscaban niños como la de esos niños que podían ser víctimas de apropiación”, cuenta la referente del BNDT. De esta forma, se volvió un pionero y una referencia a nivel internacional. “Se generaron precedentes en el modo de almacenar, resguardar las muestras, clasificar la infomación genética y realizar informes comparativos de las pericias”, sostiene Gagliardi.
Para la directora de Investigación y Desarrollo del organismo, los estudios genéticos para determinar la identidad de las personas y relacionarlas con sus familias biológicas tienen un papel valioso en lo que es la reparación de las injusticias y violaciones a los derechos humanos que se cometieron durante la última dictadura. “El hecho de que a través del aporte de la ciencia se identifique de forma inequívoca a uno de los niños que fueron apropiados y se los vincule con su familia biológica efectiviza uno de los derechos fundamentales que es conocer su verdadera identidad”, sostiene.
Actualmente el Banco colabora con distintos países del mundo, principalmente de América Latina, en la elaboración de protocolos y capacitaciones referidas al archivo de datos genéticos. Además trabaja con el Equipo Argentino de Antropología Forense en la identificación de personas desaparecidas.
¿Tenés dudas sobre tu identidad?
Las personas que tengan dudas sobre su identidad pueden comunicarse con la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), que atiende todas las solicitudes voluntarias de quienes tienen alguna sospecha. O también con Abuelas de Plaza de Mayo donde recibirán asesoramiento y serán contactados con la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI).