El control público es clave para enfrentar la pandemia
Expertos debatieron sobre qué dificultades tienen los entes fiscalizadores en este momento, por qué la sociedad confía en su labor y cuáles son los pilares para un buen desempeño de sus funciones.
“El control es más importante y más difícil que nunca en este momento. Por eso es fundamental que sea inteligente, bien enfocado y usando adecuadamente los recursos, sin ser un obstáculo para quienes están luchando contra la pandemia”, expresó Jorge Bermúdez, contralor General de la República de Chile en el webinario “Control externo y la pandemia”, realizado por la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OLACEFS).
Para Bermúdez el Covid-19 es un riesgo de corrupción “primero porque la urgencia hace que se tengan que saltear pasos a la hora de realizar compras y en segundo lugar porque hay un alto flujo de recursos públicos, nacionales e internacionales, que en muchos casos puede tener poca trazabilidad y poca rendición de cuentas, lo que va a significar un desafío a la hora de auditar”.
Para hacer frente a la emergencia sanitaria hay que hacer compras de medicamentos, farmacéuticas y equipamiento. “Son adquisiciones altamente especializadas y eso hace que su control sea muy difícil. Tenemos que estar alerta porque su mal uso representa la pérdida de vidas humanas. El control público es clave para enfrentar la pandemia”, remarcó el contralor chileno.
También participó Mariela Azofeifa, jefa del área de Comunicación de la Contraloría General de la República de Costa Rica, quien comenzó el encuentro virtual subrayando la importancia que tiene el control externo en este momento, en el que es necesario reforzar la confianza de los ciudadanos en los entes democráticos. “Somos de las pocas instituciones en las que aún se confía”, aseveró.
La charla hizo foco en la necesidad del control externo en tiempos de coronavirus. Para Azofeifa, “las expectativas que tiene la sociedad sobre los organismos de control en este momento es muy grande. Encuentran que todo debería ser controlado, como un modelo omnipresente. Eso es imposible”.
Por este motivo, recomendó el uso de las 4E a la hora de fiscalizar: monitorear la eficiencia del estado, la eficacia de sus acciones y lo más económicas posibles. Por último sumó una E. “¿Fue efectivo lo que hicieron las autoridades? Nuestras auditorías deben contener desplegadas estas cuatro E”, sostuvo.
Además, Azofeifa remarcó el contexto fiscal crítico que están viviendo todos los países hoy. “Los gastos se disparan y la recaudación es menor. La inversión es urgente. La pandemia no puede esperar. Y genera una muy mala combinación, es una inversión que no se puede postergar y pueden recurrir irregularidades”, agregó.
¿Qué pueden hacer los entes de control en estos casos? Como expresó el contralor chileno, “nadie estaba preparado para auditar en tiempos de pandemia". "Nosotros en Chile hemos trabajado durante catástrofes naturales como terremotos y tsunamis, pero no esto”.
Agilizar los monitoreos, hacerlos menos burocráticos, planificar para el 2021 y proveer datos certeros, oportunos, comprensibles y completos fueron algunos de los consejos de la Contraloría de Costa Rica. “Es necesario construir un triángulo virtuoso a partir de la información para promover el control desde diversos actores sociales y ayudar a la toma de decisiones responsables por parte de las autoridades”, recomendó Azofeifa.
Desde Chile, la recomendación fue fiscalizar con oportunidad y sentido de urgencia utilizando tecnologías y priorizando las áreas más riesgosas. Por último, debe haber transparencia. “Debemos representar un lugar donde la ciudadanía y otros actores puedan buscar información viable. Esto ayuda a aumentar la confianza de las instituciones que es fundamental para un buen gobierno”. En la Contraloría chilena el 93% de sus empleados están trabajando a distancia.
Según Bermúdez esta situación es una prueba de fuego para el buen gobierno en general. “Aquellos que tienen buenas prácticas van a salir mejor de esta pandemia. Es una instancia para el buen uso de los recursos públicos y para el control externo. Aquellos que puedan salir bien van a ser los que ya tenían instituciones sólidas. Los órganos de control tenemos bastante que decir, sobre todo, porque la ciudadanía todavía nos tiene confianza”.