La cuarentena, que se extenderá para todos los grupos humanos de manera inexorable a nivel mundial, aunque con algunas excepciones, obligó a disponer de nuevos medios de comunicación. En este cuadro dramático, un emprendedor chino pudo crear un nuevo sistema llamado Zoom, una aplicación para realizar videollamadas grupales online. Su nombre es Eric S. Yuan, un empresario de 50 años de edad.

Su uso creció admirablemente en los últimos dos y tres meses. Así las cosas, las grandes compañías internacionales comenzaron a valerse de ella para comunicarse sin problemas con sus sucursales en el mundo, grupos de amigos se reencontraron en el ciberespacio, las familias volvieron a unirse en medio de la separación por el golpe persistente del flagelo, gran parte de los estudiantes primarios, secundarios y universitarios pudieron seguir las clases con ese sistema y sacerdotes de todas las religiones se relacionaron con sus fieles.

Y también es pilar del teletrabajo. Sin duda lo usaron además parejas para casarse en la intimidad posibilitando que sus familias presenciaran la ceremonia nupcial a la usanza de la cuarentena.

Hay que saber operar Zoom. No todos están capacitados, pero finalmente, con paciencia y habilidad tecnológica se alcanza la felicidad del encuentro.

El sistema pasó de tener 10 millones de usuarios a fines de 2019 (sin perder la perspectiva, hace tan solo tres meses y medio) a 200 millones en los días finales de marzo. A otros sitios, como Instagram, muy usado por el sector de adolescentes y adultos jóvenes, le llevó más de un año alcanzar este crecimiento en estampida, que iguala en cantidad de seguidores. El tráfico a través de Zoom aumentó un 540% en el mes pasado.

Yuan ya es multimillonario, aunque posee el 22% de las acciones de su empresa, que debutó en el mercado electrónico National Association of Securities Dealers Automated Quotation (NASDAQ), la segunda bolsa de valores automatizada y más grande de Estados Unidos, con más de 3800 compañías y corporaciones. La acción de Zoom valía U$S 36 y una valoración de U$S 9.200 millones en abril de 2019.

Antes de la expansión del Covid-19 las acciones costaban U$S 70. El 23 de marzo pasado cada una valía U$S 160. Significaba una capitalización cercana a los U$S 44.000 millones. La fortuna de Yuan se calcula en U$S 5.500 millones y figura en la lista anual de los multimillonarios en el mundo.

El empresario chino es hijo de una pareja de ingenieros de minas, nacido en una ciudad a mitad de camino entre Pekín y Shangai, otra gran urbe que el siglo pasado fue sede del imperio británico en la comercialización del opio.

En los altos estudios Yuan se formó en Matemáticas aplicadas junto con Informática. Consiguió un empleo en una compañía que intentaba desarrollar aplicaciones para videoconferencias. Pero una vez independizado, logró crear un servicio de videochat ligero, adecuado a las exigencias del presente.

Para los especialistas es muy curioso que el sistema no haya surgido en Japón, que venía trabajando en el tema desde hace por lo menos 15 años.

En declaraciones públicas, Yuan confesó que la idea de Zoom ya estaba vigente cuando era estudiante universitario. Dijo que entonces "deseaba emular a Bill Gates", otro multimillonario del presente. Quiso viajar a Silicon Valley, pero Estados Unidos no le otorgó el visado para entrar al país en ocho oportunidades

La realidad del presente es la imprevisibilidad en todo el planeta. Todo cambiará con el coronavirus: las relaciones humanas y los métodos de producción, mientras paralelamente la ciencia tomará un vuelo desconocido hasta ahora.

Tanto la ONG Oxfam Intermón como el Fondo Monetario Internacional advirtieron que la crisis que la pandemia podría llevar a la pobreza a 500 millones de personas. Al mismo tiempo, se prevé que 170 países entrarían en recesión profunda. Datos en la Argentina, por ejemplo, hablan de una caída del Producto Bruto Interno del 6%.