La Constitución provincial de 1889 incorporó en su artículo 152 la figura de Fiscal de Estado como defensor de los intereses del fisco y parte legítima en los juicios contenciosos administrativos o en todos aquellos donde se controvirtieran intereses del Estado

El fiscal de Estado ejerce su cargo de manera vitalicia y debe bregar por los intereses del Estado de la Provincia de Buenos Aires en los litigios. Hernán Gómez, abogado y ex decano de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP), está al frente del organismo desde 2013 y dialogó con este medio sobre su función y la intención de que haya una gestión moderna, entre otros aspectos.

- ¿Cuál es el rol de la Fiscalía de Estado?

Somos los representantes del Estado provincial en los juicios. Pero también somos el órgano de control en todas las disposiciones, resoluciones y decretos que dicta el Poder Ejecutivo e implican una erogación patrimonial o haya intereses provinciales comprometidos.

- ¿Ejercen el control previo?

Sí, lo primero que hace el Poder Ejecutivo es mandar, por ejemplo, un proyecto de decreto y nosotros controlamos que esté de acuerdo a la normativa constitucional y legal de la Provincia. Lo hacemos por lo que se llama vista fiscal, una especie de dictamen donde decimos si se adecua o no. Antes que la Fiscalía, intervienen la Asesoría General del Gobierno y la Contaduría General, como órgano de control contable. En Nación, todo pasa a ser control ex post. Con el control posterior, el principal déficit es que las cosas mal hechas no se pueden redimir. El control previo garantiza la advertencia y coloca ciertos obstáculos para los que quieren avanzar de modo contrario a lo que dice la normativa.

- ¿Su opinión es vinculante?

La vista fiscal es obligatoria y no es vinculante para el Ejecutivo. Si nosotros nos oponemos u observamos el futuro decreto, somos los únicos que luego podemos pedir la anulación de ese acto. Es una facultad de la Fiscalía de Estado pedir la nulidad. Entonces, nuestra evaluación se vuelve vinculante de hecho.

- ¿Hubo algún caso en esa dirección?

Hace muchos años, en la década del ’90, hubo una ley de la Legislatura que creaba la empresa de energía de la Provincia de Buenos Aire, ESEBA, una especie de compañía mixta entre el Estado provincial y privados. La norma que creaba la empresa no reconocía facultades de control al Fiscal de Estado. Ahí, se planteó la inconstitucionalidad de la ley de creación.

No es común que el Ejecutivo avance, en distintos gobiernos de la historia, si tiene vista fiscal en contra.

- ¿Comparte que su cargo sea vitalicio?

En doctrina este tema se discute mucho todo lo que es inamovible, pensar a alguien toda la vida siendo fiscal y cómo se complementa eso con una gestión dinámica y moderna. Yo creo que los cargos vitalicios tienen esa especie de crítica y está en manos de quienes los ejercen optar por una gestión dinámica, moderna y ponerle compromiso y cuerpo a la cosas y hacer que funcione. Lo vitalicio, en la modernidad de la gestión pública, no es recomendable. Fui elegido así, pero trato de que eso no sea una garantía para siempre.

- ¿Pensó en poner un plazo a su mandato?

Entré a los 22 años, hoy tengo 57. Hace ocho que soy Fiscal de Estado. Fui adjunto entre 2009 y 2013, la vida no da garantía de nada. Uno puede optar por otro camino de acuerdo a sus necesidades o historia de vida.

- ¿Reciben muchas presiones?

Representamos al Estado, no a un gobierno o un Ejecutivo particular. Nosotros, al haber estado tantos años, esas cosas las fuimos aprendiendo del anterior fiscal, Ricardo Szelagowski. Estamos apegados a lo que la ley dice o exige. La mirada de quien gestiona, a veces difiere en cuanto a los ritmos del control. Muchas veces, los organismos cumplen una función que, a criterio de los Ejecutivos, detiene los tiempos de la gestión. Pero demostramos que se puede controlar de manera rápida y, creemos, efectiva, teniendo en cuenta las urgencias de quien debe gestionar. Nunca tuve presión de manera directa de los gobiernos. Siempre se nos dejó funcionar con autonomía técnica. Hoy, el control está entendido como moderno, rápido, tecnológico y efectivo.