La suspensión de clases presenciales fue una de las primeras acciones preventivas que se dictaminaron a partir de la pandemia por el COVID 19. Esta decisión afectó hondamente el sistema educativo, en todos sus niveles y a escala nacional. Puso en agenda pública sucesivas desigualdades estructurales que limitan el derecho universal de acceder a educación de calidad. A más de dos meses de esta medida, la única certeza es que poco se sabe acerca de las consecuencias definitivas de este escenario pero se estiman preocupantes efectos en términos de igualdad educativa.

En este contexto, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) elaboró un informe en donde examina las medidas adoptadas por los gobiernos y las instituciones de enseñanza superior para garantizar el derecho a la educación durante la pandemia. Considera diversas alternativas y ofrece algunas recomendaciones para la reapertura de las instituciones.

Ya pasó, pero no tanto

Abundan las referencias a epidemias pasadas para analizar la actualidad. En sentido, el informe repasa emergencias sanitarias previas que impactaron en el funcionamiento cotidiano de universidades e instituciones de educación superior (IES). No obstante, la pandemia por el COVID 19 pareciera destacarse por su magnitud: “La falta de referencias a crisis semejantes en el pasado hace difícil poder predecir qué pueda suceder en el futuro inmediato”, sostiene el informe mencionado.

El aislamiento y la suspensión de clases presenciales atraviesan de manera diferente a cada nivel y profundizan problemáticas preexistentes. En esta línea, la pandemia “añade un grado más de complejidad crítica a una educación superior que, prácticamente en todo el mundo, pero en particular en la región, ya se enfrentaba a retos no resueltos como un crecimiento sin garantías de calidad, inequidades en el acceso y en los logros o la pérdida progresiva de financiamiento público”. Sin dudas, los más vulnerables corren mayores riesgos. Esta interrupción podría convertir su frágil acceso al sistema superior en abandono, aumentando así la desigualdad que caracteriza al nivel.

A nivel regional, la UNESCO considera que los estudiantes se ven afectados particularmente por tres condiciones: la conectividad a Internet, las cuestiones financieras y las dificultades para mantener un horario regular. Revisemos punto por punto.

Conectividad. El porcentaje de hogares con conexión a Internet apenas alcanza el 17% y el 45% en África y en América Latina y el Caribe,respectivamente. Sin embargo, la investigación citada asegura que “las tasas de líneas móviles son extremadamente elevadas y superan, en muchos casos, la cifra de una línea por persona”. Para la UNESCO este es un dato para aprovechar: así, las IES podrían pensar soluciones tecnológicas y contenidos que prioricen el uso de celulares.

Cuando público y gratuito no son sinónimos. La cuestión financiera atañe al menos dos niveles: particular y estatal. En relación al primero, cabe destacar que Argentina es uno de los contados casos en los que existe oferta pública gratuita de ES. En otros países los estudiantes y, en muchos casos, sus familias, no tienen otra alternativa que seguir haciéndose cargo de los costes vinculados a su educación superior.

Con respecto al financiamiento público a IES, cabe destacar que en Argentina casi el 60% del financiamiento nacional en Educación se vincula con el financiamiento de la Educación Superior. Por lo tanto, las decisiones de la cartera nacional son, para este nivel, determinantes.

¿Revisar las prácticas? Las primeras impresiones en cuanto a las consecuencias pedagógicas y didácticas de esta experiencia resultan, al menos, llamativas. Incluso en ES las fórmulas tradicionales, es decir, aquellas donde el profesor imparte la clase y los estudiantes actúan de oyentes, “parecen ser las más apreciadas por los estudiantes porque son las que mejor reproducen la dinámica a la que están acostumbrados”, según indica el informe. 

Sin embargo, no se descarta una revisión del sentido de la presencialidad en el nivel, a partir de la exploración de ciertas plataformas tecnológicas: “Debe pensarse igualmente que la experiencia se saldará en algunos casos con muchas dudas acerca de la necesidad de volver completamente a la presencialidad sin sacar mayor partido de las oportunidades ofrecidas por las tecnologías”. 

Al momento, la solución viene siendo una suerte de “educación a distancia de emergencia”, definida como el proceso de “transformar las clases presenciales a modo virtual, pero sin cambiar el currículum ni la metodología”. Frente a esta demanda, subraya el informe, los docentes se encuentran profundamente presionados. 

En relación a esto último, la UNESCO reconoce la aparición de nuevas afecciones. Se trata del coronateaching, definido como el “síndrome experimentado por el docente o el estudiante al sentirse abrumado por recibir información excesiva a través de las plataformas educativas, aplicaciones móviles y correo electrónico”.

La nueva normalidad

Como anticipamos al inicio de la nota, el informe concluye con algunas recomendaciones y consideraciones con respecto a la reapertura de las IES. En primer lugar, reafirma la importancia de promover la equidad y “no dejar a nadie atrás”, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. En este sentido, la UNESCO considera que asegurar el derecho a la educación de todas las personas en un marco de igualdad de oportunidades y de no-discriminación es prioridad. A su vez, invita a revisar los marcos normativos y las políticas en curso, para asegurar medidas estructurales que entiendan la educación como un continuo. 

El informe repara además sobre la importancia de prepararse con tiempo para la reanudación de las clases presenciales, evitando la precipitación y ofreciendo, desde el primer momento, claridad en la comunicación a toda la comunidad académica. Asimismo, invita a pensar la reanudación de las actividades presenciales de las IES como una oportunidad para repensar y, en la medida de lo posible, rediseñar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por último, llama a los Gobiernos y a las IES a generar más y mejores mecanismos de concertación.

En aplicación de estos principios, el informe recomienda que los gobiernos construyan un entorno normativo claro en la reapertura de las aulas que genere seguridad y también exhorta a forjar un consenso nacional para pensar una estrategia de fomento de la recuperación y la innovación de la educación superior. Por su parte, las IES deberían anticiparse a una suspensión de larga duración, centrando los esfuerzos en asegurar la continuidad formativa y garantizar la equidad, generando mecanismos de gobierno, monitoreo y apoyo eficientes. De igual manera, diseñar medidas pedagógicas para evaluar formativamente y apoyar al aprendizaje de los estudiantes en desventaja. Documentar los cambios pedagógicos introducidos y sus impactos también se considera relevante, así como .aprender de los errores y escalar la digitalización, la hibridación y el aprendizaje ubicuo. Por último, el informe sugiere a las IES promover la reflexión interna sobre la renovación del modelo de enseñanza y aprendizaje.