Sebastián De Caro: "Para mí, la radio es una fuente de influencias"
El conductor de “Un mundo feliz” marca la diferencia entre la radio tal como se la concibe y los formatos más novedosos que suman imagen. También resalta la capacidad del medio de generar buenas sensaciones en contextos de angustia.
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Acciones para la Participación Ciudadana, en Diario Perfil
La radio vive una era de interacción absoluta y permanente entre los integrantes de muchos programas de radio y quienes escuchan, donde abundan las consignas, encuestas y mensajes de audio de menos de 10 segundos. Sebastián De Caro, que conduce “Un mundo feliz” de lunes a viernes de 10 a 13 por Radio SI (FM 91.1 y radiosi.com.ar), conversó sobre la actualidad y transformación del medio de comunicación. “El intercambio con el oyente es bueno en una medida justa. También está para recibir cosas, quiere que le ofrezcan algo”, plantea.
- ¿Qué representa la radio en tu cotidianeidad y en tu vida?
Es una fuente de influencias de todo tipo. Escucho muchos programas de, por ejemplo, Radio Uruguay. Me encuentro con autores, música e influencias para el programa que hago actualmente. En mi vida, es un lugar de descubrimiento, cultura, información. Desde hace poco más de 20 años, la radio también es un trabajo, quizá el más largo que haya tenido, en diferentes emisoras. Es impensado, lo encontré casi de modo fortuito, pero me gusta muchísimo hacerlo.
- ¿Qué análisis hacés de la radio en la actualidad?
No sé cuan vigente o no está. Hay menos emisoras de las que había, no sé si hay más gente escuchando que antes, sospecho que no, porque hay menos personas viendo TV y yendo al cine. El vínculo que tenemos con las expresiones y medios de comunicación ha cambiado. Más que hablar de vigencia, diría que todavía existe. Y eso se debe a que aún hay gente criada en el siglo XX. No sé qué pasará a futuro, pero es injusta la comparación de la actualidad con las épocas de oro de la radio. Seguramente, tiene que ver con eso, con continuar ciertas tradiciones. ¿Cuánto público nuevo hay? Los que saben dicen que no existen oyentes jóvenes, de 17, 18 o 20 años. El futuro no está escrito, como decía el músico Joe Strummer.
- ¿Creés que los programas de radio por YouTube, Twitch y streaming compiten, son complementos o representan la evolución de la radio tradicional?
- Respecto a los programas de Twitch me parece que ahí no se hace radio, un podcast no es un programa. Cuando trabajé en Vorterix, donde había cámaras de televisión, tampoco era estrictamente radio lo que hacíamos, porque se veía en YouTube. Para mí, la radio es exactamente lo que se hace en un estudio de radio y tiene forma de programa de radio. A veces, cuesta explicar un podcast, pero puede plantearse que es un contenido específico, que generalmente se escucha solo, no tiene música y trata un tema. Un audio libro, por ejemplo, no es un programa de radio. Son cosas que conviven, experiencias que se amplían. Todo lo que está filmado no necesariamente es una película, un video de TikTok no lo es. Entonces, todo lo que se escucha y que implique gente hablando no necesariamente es un programa de radio. No considero malo ni conservador decir eso.
- ¿Considerás que se altera la “magia” de la radio con la presencia de una cámara de video en el estudio?
- Una cámara desnaturaliza un programa de radio, lo convierte en otra cosa, lo amplifica, redefine. No hablaría de magia porque es frivolizarlo un poco, digo que son experiencias distintas. Hay algo que se pierde: es lo mismo que leer una novela e imaginar lo que uno va leyendo o, directamente, ver una que tiene ilustraciones o fotos. Me parece que sí altera. Si uno puede ver un programa de radio, está pasando otra cosa, porque se suma un lenguaje. Reitero que no es algo malo, sino distinto: se ganan cosas y se pierden otras, no es igual.
- ¿Qué es lo que más te gusta de la radio y qué te parece que la mejoraría?
- Lo que más me gusta de la radio es que es un espacio que puede encontrar un ritmo que ayude a combatir la ansiedad que vivimos, que está en condiciones de generarnos sensaciones buenas en un contexto de angustia, acompañarnos, tanto a los que la hacemos como a quienes la escuchamos, ya sea desde el lugar de oyente o como parte de un programa. Es compañía en ambas direcciones. La mejoraría con multiplicidad de voces. Que existan personas jóvenes haciendo radio siempre es bienvenido, ya que enriquecen en todos los órdenes: cine, radio y medios en general.