En la Unión Europea, la adquisición de vacunas se inició más tarde que en Estados Unidos y Reino Unido y, cuando se produjeron graves carencias de suministro, quedó en evidencia que la mayoría de los contratos firmados por la Comisión Europea no contenía disposiciones específicas para hacer frente a las interrupciones del suministro por parte de los fabricantes.

A mediados del 2020, cuando comenzó el proceso de adquisición en la UE, aún no se sabía si se llegaría a comercializar una vacuna contra el COVID-19, ni cuándo. La UE actuó antes de disponer de datos científicos claros sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas experimentales y, por lo tanto, optó por respaldar una serie de candidatos para crear una cartera inicial con diferentes tecnologías y fabricantes de vacunas. Entre agosto y noviembre de 2021, la Comisión firmó 11 acuerdos con 8 fabricantes para adquirir 4.600 millones de dosis a un costo total 71.000 millones de euros (15 euros por dosis).

Para fines de 2021, se habían entregado casi 952 millones de dosis a los Estados miembros de la UE y se habían administrado más de 739 millones de dosis. El 80 % de la población adulta de la UE estaba totalmente vacunada. Aunque en el primer semestre de 2021 sufrió importantes carencias de suministro por parte de dos fabricantes.

Conclusiones

Entre las principales conclusiones del informe se destacan la firma de contratos con diferentes fabricantes que abarcaban diversas tecnologías con el fin de distribuir y reducir el riesgo de fracaso en el desarrollo de vacunas, lo que permitió que la UE consiguiera adquirir las vacunas contra el COVID-19 que necesitaba. 

Además, la UE determinó desde el principio de la pandemia que las vacunas eran un elemento clave para combatir el COVID-19 y llevó a cabo una serie de actuaciones para crear un sistema de adquisición a medida, que le permitiera garantizar vacunas para los ciudadanos de la UE.

Por otro lado, la firma de contratos con los fabricantes de vacunas evolucionó a lo largo del tiempo; los firmados en 2021 contienen disposiciones más estrictas sobre cuestiones clave como los calendarios de entrega y la ubicación de la producción que los firmados en 2020. 

Sin embargo, se constató que la capacidad de la Comisión para superar las dificultades del suministro era limitada. La misma actuó como puente entre las empresas y los Estados miembros para la ejecución de los contratos, pero no analizó plenamente las dificultades de las cadenas de producción y suministro en la fabricación de vacunas hasta después de la firma de la mayoría de los contratos, y la mayor parte de estos no incluían disposiciones específicas para hacer frente a las interrupciones de suministro.

Recomendaciones

El informe del Tribunal de cuentas europeo recomienda, por un lado, elaborar directrices sobre contratación pública en el marco de una pandemia atendiendo a las lecciones extraídas, con previa consulta con las autoridades de los Estados miembros y con los interlocutores pertinentes, y tras una evaluación comparativa con otros sistemas de contratación pública para identificar buenas prácticas.

Y además, someter el sistema de contratación de contramedidas médicas de la UE a una prueba de resistencia que evalúe los riesgos del sistema de contratación de la UE, para proponer medidas adecuadas; y realizar ejercicios que pongan a prueba todas las partes de su sistema actualizado de contratación en caso de pandemia, incluida la recopilación de datos e información, para identificar las insuficiencias y los ámbitos susceptibles de mejora.