La pandemia, que azota desde marzo 2020 a nuestro país, nos llevó a implementar cambios e introducir modificaciones en todos los ámbitos. La sociedad debió adaptarse a los nuevos tiempos.

El mundo comenzó a transitar diversos inconvenientes que en su gran mayoría fueron resueltos por la tecnología; en el caso de las personas con discapacidad resultó en un gran beneficio ya que se transformó en una herramienta eficaz para acceder a la educación sin los habituales impedimentos, a sacar turnos médicos, a realizar trámites, a socializar y a trabajar. Descubrimos en la tecnología una maravillosa herramienta de inclusión; resulta fundamental que de aquí en adelante sea incorporada a la vida laboral como un gran instrumento de igualdad.

Teniendo en cuenta lo manifestado en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, mediante los cuales se reafirma la necesidad de garantizar a las personas con discapacidad ejercer sus derechos y libertades fundamentales plenamente y sin discriminación, y se reconoce el derecho a trabajar en equidad de condiciones que los demás en entornos que sean abiertos, inclusivos y accesibles, es urgente realizar todos los ajustes razonables a fin de garantizar la igualdad de condiciones y de trato de las personas con discapacidad en su ámbito laboral e imprescindible que el enfoque de la perspectiva de discapacidad sea incorporado en todas las intervenciones públicas y privadas para lograr inclusión.

Debemos tomar conciencia que tener una limitación o discapacidad no configura una vulnerabilidad por sí misma; sino que ésta se concreta, cuando no hay accesibilidad. 

Como mencioné al principio de la nota, debemos incorporar las posibilidades que encontramos en la tecnología como una ganancia de estos tiempos tan duros que como sociedad nos ha tocado atravesar e incorporar el teletrabajo y la tecnología como una herramienta insoslayable de inclusión.

Por lo cual, es oportuno y conveniente que la ley 27.555 del “Régimen legal del contrato de teletrabajo” se considere como un gran paso para lograr una sociedad equitativa, teniendo en cuenta que para las personas que padecen discapacidad no solo es una forma fehaciente de acceder al derecho a trabajar sino también de desempeñarse laboralmente con mayor facilidad, reforzar su autonomía, y por ende mejorar su calidad de vida.

En este marco, es posible destacar alguno de los beneficios de la citada normativa: 

Desplazamientos: 

Quizá el desplazamiento es uno de los aspectos más relevantes, pues gracias al Teletrabajo se tiene la ventaja de que el empleado no debe desplazarse. Esto en el caso de una discapacidad no solo reduce notablemente los costos, sino que permite, desde la comodidad del hogar, poder realizar un mejor desempeño  de  su  labor ahorrando  tiempo  y  evitando  las  muy  diversas  dificultades  que  dicho  desplazamiento acarrea a las personas con alguna discapacidad. 

En este sentido, disminuye  el número de bajas por cuestiones de salud. Uno de los principales prejuicios a los que se enfrentan las personas con discapacidad es la idea de que se dan de baja más a menudo. El teletrabajo aumenta las posibilidades de trabajar pese a los impedimentos por padecer algún tipo de discapacidad y asegura un buen rendimiento. 

Podemos ver varios casos particulares que tienen que ver con la aplicación de los protocolos de cuidado vigentes:  el uso obligatorio de barbijos que impide leer los labios a las personas con discapacidad auditiva; mantener distancia en el transporte para las personas con discapacidad motora suma más inaccesibilidad para poder comunicarse o trasladarse; dificultades para las personas no videntes a recibir ayuda por el distanciamiento, entre otros. 

Crecimiento personal: 

Al estar involucrados en la oferta laboral, las personas con discapacidad mejoran su confianza y autoestima. Los empleados se sienten  respaldados  e  incluidos.  El  poder ejercer su derecho al trabajo también es una oportunidad para acceder a capacitarse y formarse. 

Integración a la sociedad: 

Además  de  cumplir  con  la  Ley  1502  del  Cupo  laboral  incluir  personas  que  tengan  alguna  discapacidad y vincularlas con equipos de trabajo permite desarrollar el sentido de pertenencia social para un colectivo que ha sido por años excluido. Con la modalidad de teletrabajo la relación con los compañeros puede cultivarse a través de la tecnología, la cual es un gran apoyo para cumplir los objetivos. 

En conclusión, el Teletrabajo permite que personas con discapacidad puedan demostrar que sí es posible trabajar a diario, demostrar resultados, cumplir metas y esto permite la inclusión social, brindando mayores oportunidades. 

Aprovecho para agradecer al Colectivo Trabajadoras de la AGCBA por su apoyo y trabajo para ser voz de las personas con discapacidad. Aprobados en la Ley 26.378 de nuestro país. 

Este artículo fue publicado en el Periódico Digital de la Auditoría porteña.