A un año y medio de la sanción de la Ley de Tierras Rurales (Nº 26.737), se conoció que el 5,93% de las tierras rurales argentinas están en manos extranjeras. Esto lo comunicó la presidenta de la Nación Cristina Fernández en un acto en la Casa Rosada. Puntualmente, de las 267.679.474 hectáreas rurales, sólo 15.881.069 están en manos foráneas, especificó la primera mandataria.

Por su parte, Oscar Príncipe, presidente de la Comisión de Tierras de la Federación Agraria Argentina (FAA), consideró que no es motivo de celebración que aún existan 16 millones de hectáreas extranjerizadas. La cifra equivale a todo el territorio de la provincia de Salta, añadió.

Además, Príncipe detalló que la Federación Agraria ya en 2009 puso en conocimiento que había 17 millones de hectáreas en manos extranjeras. Oficialmente ahora se habla de 16 millones. Por un lado, esto certifica lo que la FAA venía denunciando en relación a la existencia de un proceso de extranjerización y de concentración, aseguró.

El organismo encargado de contabilizar la cantidad de tierras en manos foráneas es el Registro Nacional de Tierras Rurales (RNTR), que depende del ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Tal como publicó este medio hace un año, la Ley 26.737 plantea dos objetivos puntuales: por un lado, determinar la titularidad de las tierras rurales y, por otro, regular los límites de la titularidad y posesión de tierras rurales de las personas físicas y jurídicas extranjeras. Cristina Fernández consideró que fue un inmenso y formidable trabajo catastral y felicitó a todos los funcionarios nacionales, provinciales y municipales que intervinieron haciendo posible que esta ley se lleve adelante.

La jefa de Estado remarcó que de las 569 subdivisiones departamentales, sólo en 49 llegaron al 15% de tierras en manos extranjeras (tal es el tope máximo que estipula la Ley 26.737). Allí, por supuesto, no se podrá vender más tierras a extranjeros, afirmó.

Según comentó Príncipe, otro punto que preocupa a la Federación Agraria es la concentración en el uso de tierras para producción. Las tierras se concentran en pocas  manos nacionales y extranjeras y el gobierno no tiene ninguna política pública para frenar este proceso, cuestionó.