Los balances de Aerolíneas Argentinas correspondientes al ejercicio 2008 recibieron la “abstención de opinión” de parte de la Auditoría General de la Nación (AGN) en dos oportunidades. Es que, tras un primer resultado de este tipo, la empresa decidió rectificar sus estados contables, pero no pudo modificar la calificación.

El organismo de control tiene la atribución de analizar los números de entes como Aerolíneas. Lo que se busca en estos estudios es valorar si los manejos económicos y financieros son razonables o no. Y son varias las causas que pueden derivar en una abstención de opinión; por ejemplo, cuando un auditor no puede emitir un juicio sobre los estados contables que observa, ya sea por limitaciones al alcance de su trabajo, o bien por la incertidumbre que generan los datos recabados. En el caso de la línea aérea, ocurrieron las dos cosas.

La AGN ya había emitido una abstención de opinión sobre los balances de la empresa contados hasta el 31 de diciembre de 2008, en rigor, el primer análisis financiero tras la reestatización de la firma, ocurrida en julio de aquel año. Luego de ese resultado inicial, la empresa decidió rectificar sus estados contables en junio del año pasado para -como se dice en la jerga del control- intentar salvar la abstención. Esa segunda tanda de papeles también fue analizada por la Auditoría, con idéntica conclusión.

Según el informe aprobado en 2011 sobre el balance rectificado de Aerolíneas, el organismo de control tuvo “limitaciones al alcance” de su trabajo, como por ejemplo que “durante el ejercicio 2008 se verificó la inexistencia de controles suficientes que permitan la detección y corrección oportuna de errores”. Además, no se había previsto el dinero para llevar adelante los juicios que enfrentaba por ese entonces la línea aérea, unas 2.300 causas de diferente magnitud, de las que se cuantificaron 1.363 reclamos por $ 305.942.675.

Asimismo, se hallaron papeles que hablaban de un inventario de repuestos por unos $ 116.977.260, pero que no estaban respaldados por un “inventario físico valorizado”, lo que provocó que “no se puedan identificar los bienes que conforman la cifra contable”. Algo parecido se registró en el rubro “Billetes pendientes de utilización”, porque la empresa no contaba con un sistema que permita respaldar la cifra del balance de $ 479.871.747.

Por el lado de los aviones, al 31 de diciembre de 2008 había 15 aparatos que no volaban por falta de mantenimiento. El informe explica que “la compañía convino con los arrendadores no abonar la reserva de mantenimiento, pero a la fecha de los estados contables, no se pudieron contar con elementos para evaluar la suficiencia de las provisiones y reservas de mantenimiento (léase dinero) previstas para dejar en condiciones operativas a las aeronaves”.

Pero la abstención de opinión también se apoya en falta de certezas sobre algunos datos recabados. En ese sentido, la AGN sugiere que la propia rectificación de los estados contables es una incertidumbre en sí misma. Es que con esos cambios, se “modificación resultados de ejercicios anteriores”, y, por ende, los acumulados que figuraban en el balance.

En este balance, en tanto, no se contaron las exenciones y condonaciones que se dieron luego de que Aerolíneas pactara una moratoria con la AFIP. Las deudas que figuraban en ese resumen ascendían a $ 347.536.074, sin contemplar una quita de $ 175.533.995, un poco más de la mitad. 

Para completar el cuadro, la Auditoría afirma que “durante los últimos años, (la empresa) ha incrementado las pérdidas acumuladas”, y amplía: “Al 31/12/08, los Estados Contables presentan una pérdida neta del ejercicio de $ 1.814 millones, y un resultado negativo acumulado de $ 4.440 millones. Asimismo, el patrimonio neto resulta negativo de $ 3.531 millones. Según surge de los estados contables, al 31/12/2007 (que no fueron hechos por la AGN, sino por la consultora privada Estudio Price Waterhouse y Co SRL, con el mismo resultado: abstención de opinión), la Sociedad ya se encontraba con causal de disolución por pérdida del Capital Social, debiendo los accionistas reintegrar su capital para evitar la liquidación”. 

En su dictamen, el organismo de control sostiene que “debido al efecto muy significativo que representan las limitaciones al alcance señalados anteriormente, y el efecto que pudieran derivarse de las incertidumbres referidas, no estamos en condiciones de emitir opinión sobre los estados contables de Aerolíneas Argentinas al 31 de diciembre de 2008”, lo que en definitiva constituye el tercer resultado consecutivo de este tipo: el de 2007, a criterio de Price Waterhouse, y el del año  siguiente más su rectificación, por decisión de la Auditoría General de la Nación.