A continuación, un breve párrafo en homenaje a José Saramago: “Un ente del Estado entendió mal una cifra y por eso le entregó erróneamente a una empresa más de 140 mil pesos se trató de la ya disuelta Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA) que hasta hace tres años y medio administró un sistema de compensaciones para los emprendimientos que abastecían el mercado interno en lugar de exportar sus productos según un informe de Auditoría General de la Nación (AGN) a una firma avícola le correspondían $ 15 mil por una producción declarada de 28800 kilos pero como la ONCCA interpretó 288000 kilos multiplicó el subsidio por diez”.

Si bien el Nobel portugués escribía casi sin usar signos de puntuación, es difícil sostener que sus creaciones hayan sido incomprensibles. Y, como mucho, podría decirse que una consecuencia –involuntaria- de aquella decisión estilística fue dejar sin aliento a cualquier osado que se atreviera a leer sus textos en voz alta. Pero no más que eso. Sin embargo, la gaffe de la ONCCA le costó al erario público $ 143.187, y aparentemente a nadie del organismo se le alteró el ritmo respiratorio, ya que, según la AGN, “no quedó evidencia (de que se) hayan realizado gestiones para el recupero de la suma liquidada y pagada en exceso”.

En su informe, la Auditoría especifica que este hecho ocurrió en enero de 2009 y la empresa en cuestión fue Domvil S.A., del rubro avícola. Sin embargo, no fue la única irregularidad detectada en el proceso de entrega de compensaciones.

También por el lado de las empresas avícolas aparece el caso de Capitán Sarmiento. La AGN verificó que entre enero y agosto de 2007 esta firma faenó animales que en realidad no eran de su propiedad, sino del grupo económico del cual formaba parte, llamado Granja Tres Arroyos. Y aunque esa situación significaba en los hechos no cumplir con todos los requisitos para recibir subsidios, la ONCCA “autorizó el pago de una compensación de $ 11.743.131,85 sin observación alguna”, dice la investigación.

Otra avícola que no cumplió requisitos fue Frigorífico Cañuelas S.R.L., que percibió subsidios por $ 1.558.511 a pesar de haber reconocido en las solicitudes presentadas ante la ONCCA que sus ventas en el mercado interno ascendían a “0”.

La Auditoría hizo su análisis en el período que va desde enero de 2007 hasta septiembre de 2009. En ese lapso, 64 faenadoras avícolas recibieron compensaciones por un total de $ 1.238.723.127,36.

Ganado (y perdido)

Asimismo, la AGN también examinó cómo desempeñaba la ONCCA esa tarea de administrar -y controlar- las compensaciones a los llamados feed lots, es decir, las empresas que se dedican al engorde del ganado de corral. 

En ese sentido, durante el periodo auditado se autorizaron compensaciones a 946 beneficiarios del sector, por la suma de $ 1.264.423.852,95.

En detalle. Si bien va de suyo que para recibir un beneficio hay que estar inscripto en el registro específico de ese beneficio, el informe remarca que la Oficina transfirió ayudas económicas a nueve feed lots por producciones que eran anteriores al momento en que se incorporaron a los listados oficiales. Así, esos establecimientos recibieron $ 7.219.462,08.

Y como ejemplo, la Auditoría contó lo ocurrido con la empresa El Paseño S.A.; resulta que en octubre de 2008 esta firma trabajó con animales de otro establecimiento y, por esa tarea, solicitó compensaciones por $ 319.133. Sin embargo, se detectó que la ONCCA le transfirió $ 1.042.762 y, aunque “en el expediente figura la diferencia como ‘Ajuste a favor por reliquidación anterior’, no se aclara a qué corresponde el monto mayor liquidado”, revela el organismo de control.

Números que resbalan en aceite 

Según la AGN, cuando una empresa que quería subsidios no cumplía con todos los requisitos, eran incorporadas de forma provisoria a los registros oficiales y se les daba un año para regularizar su situación. No obstante, se detectó que algunas fabricantes y fraccionadoras de aceite de soja y girasol recibieron compensaciones “cuando ya se había producido la caducidad” de ese período de gracia.

Algo así ocurrió con la empresa Oligra S.A., que recibió su inscripción provisoria el 1º de agosto de 2007. La Auditoría observó que la compañía “completó la información en forma extemporánea y no hay constancia que el auditado no ha aplicado sanción o multa alguna”. 

Pero hubo más. La Auditoría también supo que la ONCCA revocó varias de sus propias resoluciones de pago a raíz de un “error esencial inducido por el accionar de la empresa beneficiada (la misma Oligra S.A.). 

Ese “error esencial” le permitió a la Oficina no desembolsar $ 7.595.492,17, y en su lugar, ese monto fue sustituido por otro, que ascendió a $ 3.879.894,16.

“Por lo expuesto –añade la AGN-, la ex ONCCA liquidó y pagó compensaciones de más por la suma de $ 3.715.598,01”, y completa: “La Resolución no contempló acciones para la restitución de la cifra pagada de manera incorrecta”.