La Auditoría General de la Nación (AGN) detectó que un centro de atención para drogodependientes no remodeló su edificio porque, a pesar de contar con el presupuesto necesario, el diseño de los planos “excedía su capacidad técnica”, y al solicitar ayuda a la Dirección Nacional de Arquitectura, esta dependencia “adujo déficit de personal dibujante”.

Se trata del Centro Nacional de Reeducación Social (CE.NA.RE.SO), que depende del Ministerio de Salud, brinda asistencia integral a adictos, desarrolla tareas preventivas y de formación de recursos humanos especializados.

La AGN realizó un trabajo de seguimiento en el CE.NA.RE.SO, aprobado este año sobre datos del período noviembre de 2007-mayo de 2008, para verificar el grado de regularización de las deficiencias detectadas en un informe de 1999. De esta forma, encontró que varios aspectos todavía estaban "pendientes de cumplimiento".

El informe del organismo de control señala que las remodelaciones en cuestión debían hacerse en 2006, por $ 260 mil, y en 2008, por $ 600 mil. Sin embargo, ninguna de las obras fue ejecutada.

Se destaca el caso de la sede del CE.NA.RE.SO, en Combate de los Pozos 2133, de Parque Patricios. De hecho, las recomendaciones que deberían hacerse en 2006 y 2008 apuntaban a solucionar las deficiencias edilicias que ya habían sido observadas en el primer informe de la AGN, por ejemplo en el área de Internación en Crisis.

Asimismo, a las limitaciones técnicas del Centro y a la falta de dibujante de la Dirección Nacional de Arquitectura, el último informe añade que el Director del organismo “carece de facultades para contratar obras públicas”.

En 1999, el baño de mujeres del área de Servicios de Internación en Crisis “se encontraba clausurado por filtraciones y el de hombres se hallaba con deficiencias”.

Pero en este informe se observó un “deterioro generalizado” en el sector, que la AGN adjudicó a “la antigüedad del edificio y a la falta de reparaciones”. Asimismo indicó que existe un sólo baño disponible para 32 personas, “los techos presentaban áreas de desprendimiento de mampostería, membranas sin reparar, humedad y goteras”.

No obstante, destacó que se habían pintado las paredes del lugar, una actividad realizada por los propios pacientes “como parte del protocolo de tratamiento”.

Por otra parte, el informe señala que “la derivación (externa) de pacientes se realiza en forma telefónica e informal, aprovechando los contactos establecidos por los profesionales”, pese a que anteriormente el organismo de control había advertido que el Centro no contaba con “un circuito formal” para este procedimiento.

Incluso, el último trabajo agrega que a mediados de 2007 el CE.NA.RE.SO contrató a trabajadores sociales para que, entre otras tareas, “mejoraran las operatorias de derivación”, pero que hasta mayo de 2008 el circuito seguía sin formalizarse.

Pese a las recomendaciones de la Auditoría, el Centro “no desarrolla indicadores de impacto”, por lo cual la AGN consideró que se “dificulta medir y evaluar” la efectividad de sus tratamientos clínicos. También verificó que el hogar “todavía no analiza sistemáticamente la ejecución de las actividades previstas”, no tiene un Plan Estratégico Institucional y tampoco cuenta “con un Sistema de Costos, ni está previsto su diseño”.