El ente regulador del agua no puede sancionar los incumplimientos de AySA
Se llama ERAS y si bien, desde 2013, cuenta con un mecanismo para aplicar multas, la AGN descubrió que las impugnaciones de la empresa dejaron sin efecto esta acción. Así, “el usuario es cautivo de las condiciones del servicio”, razonaron los auditores. Encontraron arsénico en el conurbano y demoraron 6 años en hacer funcionar una planta de tratamiento.
Un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) reveló que el ente que debe controlar el desempeño de la empresa Agua y Saneamientos Argentinos Sociedad Anónima (AySA) no tiene forma de sancionar incumplimientos en la prestación del servicio.
Se trata del Ente Regulador de Agua y Saneamiento (ERAS) que, según la investigación, dispone desde 2013 de un procedimiento pensado para aplicar sanciones al concesionario, que fue elaborado por la Subsecretaría de Recursos Hídricos.
No obstante, la Auditoría descubrió que AySA “presentó planteos y solicitó el rechazo integral” del mecanismo y que “a la fecha (2017), no hay resolución a esas impugnaciones”.
Ante este panorama, los técnicos concluyeron que “tal inacción provoca que el usuario sea cautivo de las condiciones en que AySA presta el servicio”.
¿Por qué habría que sancionar a AySA?
Tras revisar varios expedientes, la Auditoría enumeró algunas situaciones que, eventualmente, podrían ameritar la intervención del ente regulador.
Por ejemplo, el ERAS “detectó, en siete puntos de toma de muestra, niveles de nitrato en el agua que superan los valores admitidos. Sin embargo, AySA demoró más de un año en dar respuesta a los sucesivos requerimientos” del contralor, dijo la AGN.
Asimismo, añade la investigación, desde 2008 se vienen observando “concentraciones de arsénico (con) valores por fuera de la norma en el distrito de Esteban Echevarría”. ¿Y cuál fue la reacción de la empresa? Los auditores relatan que “AySA previó la instalación de una planta, destinada a la remoción (del químico) en agua cruda, para el segundo semestre de 2011, que entró en operaciones en septiembre de 2012 y que recién logró su funcionamiento óptimo en 2014”.
Estos ejemplos llevaron a la Auditoría a sentenciar que “el ERAS no posee herramientas para que los controles efectuados resulten efectivos frente a retrasos de la concesionaria y eventuales incumplimientos de sus recomendaciones”.
La concesionaria no cumplió ni la mitad del plan de muestreo sobre efluentes industriales
Pero el tema no se agotó ahí. Paralelamente, también se descubrieron “incumplimientos del plan de muestreo” que la empresa debía hacer sobre los efluentes industriales, según lo establece el marco regulatorio del servicio. ¿En qué consistía ese plan? El informe explica: “Durante el año 2014, de 3.318 muestreos pautados (en 1.877 industrias activas), solamente se efectuaron 1.021 (30,77%) sobre 640 industrias (34%). En el año 2015 la cosa no anduvo mucho mejor (SIC): sobre 2.325 muestreos (y 1.419 industrias activas) la empresa controló 999 (43%), pero no aportó el dato de industrias controladas”.
Y, para la AGN, los datos demuestran que el ERAS “no posee un control en tiempo real y entonces toma conocimiento recién al momento de recibir, por parte de la empresa, el informe anual de niveles de servicio”.
Relacionado a estos informes, la Auditoría también observó demoras tanto en el ente regulador, como en la Subsecretaría de Recursos Hídricos y hasta en la propia prestataria. Es que, según los técnicos, “el Informe Anual y Niveles de Servicio de 2014 fue recibido en el ERAS en abril de 2015. Volvió a AySA para aclaraciones, ratificaciones, rectificaciones en noviembre de 2015. La empresa reenvió el material reformulado en abril de 2016 y, al cierre de las tareas de campo de AGN (noviembre 2016), todavía no había sido aprobado”.
A pesar de esto, la investigación remata que igualmente “AySA publica estos informes en su página web aun sin estar aprobados”.