“En nuestro país no existe una normativa que regule la actividad del transporte de personas por cable, tampoco en la provincia ni en la Municipalidad de la capital”, dice el informe de la Auditoría General de la Provincia de Salta que analizó la gestión del Teleférico. No obstante, señala que “está en buenas condiciones mecánicas y eléctricas”.

El Complejo Teleférico Salta es una Sociedad del Estado, es decir, está bajo la órbita del Gobierno Provincial y brinda un servicio turístico recreativo.

Tiene un recorrido, en promedio, de ocho minutos y se transita a una velocidad media de 2 metros por segundo (7,2 km por hora). La estación de salida está ubicada en el Parque San Martín y la llegada, en la cumbre del cerro San Bernardo. Lleva a 850 personas por día, según los registros de la empresa.

El teleférico fue construido por el suizo Karl Garaventa Soehene y está en funcionamiento desde enero de 1988. El informe de la Auditoría local destaca que “el control, mantenimiento y reparación de todo el sistema, que está a cargo de un grupo técnico local, se hace en base a un manual provisto por el fabricante”. De ser necesario, “se contratan agentes externos especialistas en la materia”.

Como punto negativo se señala que “la Sociedad no cuenta con instructivos debidamente aprobados que refieran a procedimientos técnicos, inspecciones periódicas y seguridad”. No obstante, “al cierre de la auditoría, se había avanzado en la redacción de los procedimientos e instructivos, como así también en la sistematización y archivo en una biblioteca técnica que se habilitó en septiembre de 2015”.

El informe, aprobado recientemente, agrega que “al momento del relevamiento el teleférico se encontraba en buenas condiciones mecánicas y eléctricas”. De hecho, “en 2015 se procedió a reemplazar el cable tractor que sostiene las góndolas, como consecuencia de una inspección, porque se detectó una disminución del diámetro”.

La auditoría salteña destaca también “la falta de un sistema de registro y archivo de acontecimientos, fallas, desperfectos y otras circunstancias que afecten a la normalidad de las instalaciones y equipos”. Este historial de funcionamiento del Complejo Teleférico “permite tomar decisiones al respecto”.

De todas formas, se aclara que “después de realizadas las tareas de campo, el auditado tomó medidas correctivas al respecto, a fin de llevar un historial a partir de la mencionada biblioteca técnica”.

Pese a “no tener un sismógrafo o instrumento que detecte movimientos sísmicos”, el análisis destaca la posibilidad de “detener el sistema con cualquier botón de parada, tanto en la sala de control como en las estaciones superior e inferior”.

Con este cuadro de situación se le recomendó a la sociedad estatal que administra el teleférico “comunicar los manuales, procedimientos e instructivos a todas las personas directamente involucradas”. Además, se sugiere “la designación de un técnico que permita garantizar la operatividad del complejo en caso de ausencia del responsable del área técnica”.

Finalmente, también señaló la necesidad de “nombrar un responsable para mantener actualizado el inventario de bienes y de los insumos en stock”.