Faltan enfermeros, equipamiento y personal administrativo en el Instituto de Rehabilitación Psicofísica
Según la Auditoría porteña, el desvío de cobertura del plantel de enfermería oscila entre el 15% y el 65%. Además, ante la falta de insumos, muchas veces el mismo personal se encarga de abastecer y algunas tareas administrativas son realizadas por una paciente que concurre de manera voluntaria ya que no hay personal suficiente.
La Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) analizó la adecuación de los recursos del Instituto de Rehabilitación Psicofísica (IREP) en 2017 y encontró que el plantel de enfermería se encuentra por debajo de lo requerido, carecen de equipamiento necesario para los tratamientos, y hay sectores que no cuentan con personal administrativo.
El centro de salud se encuentra en el barrio porteño de Belgrano y allí se atienden pacientes tanto infantiles como adultos que padecen patologías crónicas con secuelas discapacitantes como ACV, parálisis cerebral, lesión medular, entre otras.
Sin embargo, el organismo de control observó graves falencias. “El desvío de cobertura del plantel de enfermería oscila entre el 15% y el 65%”, sentencia la AGCBA. Al respecto, el informe aprobado en octubre de este año señala que esto “puede inferir que los pacientes internados reciban cuidados inferiores a los requeridos por la complejidad de sus patologías”.
Es que en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos Crónicos la dotación necesaria es de 26 agentes y en el Instituto hay 22; en Cirugía Reparadora lo ideal sería 16 personas pero hay solo 8; y tanto en Fisiatría Varones y Mujeres la necesidad es de 25 enfermeros pero el primero cuenta con 11 y el segundo con 9.
Por otra parte, el Servicio de Neurofisiología del IREP “no tiene equipamiento para realizar electroencefalogramas” y , siguiendo al informe, “los pacientes que lo requieren son derivados a los hospitales Fernández y Pirovano”. Por su parte, la Unidad de Fonoaudiología “carece de un espacio para higienizar los elementos con los que trabajan”.
Ante la falta de insumos, muchas veces el mismo personal se encarga de abastecer. Según la Auditoría porteña, “la notebook y la impresora fueron adquiridas por el jefe de Neurofisiología”, mientras que la heladera, elemento necesario para la conservación de agua fría y yogur para el tratamiento de la deglución, "fue donada por una de las fonoaudiólogas” y “el servicio de conexión a internet es abonado por uno de los trabajadores”.
Según la AGCBA, el servicio de conexión a internet es abonado por uno de los trabajadores
El trabajo de auditoría detalla que la Unidad de Fonoaudiología y el Servicio de Terapia Ocupacional no cuentan con personal administrativo por lo cual tareas como la gestión de turnos, recepción y atención telefónica “recaen en -los- profesionales que se encuentren”. A ello se suma que “algunas horas son cubiertas por una paciente que concurre como voluntaria”.
El informe señala que “las bajas en los puestos de jefatura producidas por jubilaciones, renuncias y fallecimientos no pudieron ser cubiertas de modo formal”. También “faltan los llamados a concursos”.
Por último, los auditores advirtieron que en el Instituto de Rehabilitación Psicofísica “falta control interno en lo referente a la nómina del personal que presta servicios así como en el registro del ausentismo”.