Pese a que el Hospital General de Agudos Tornú es el efector de referencia de la Ciudad de Buenos Aires en lo que respecta a patologías respiratorias, la Auditoría porteña (AGCBA) detectó que faltaban aparatos de diagnóstico cardiopulmonar y que, por carencia de fármacos, no se practicaban pruebas de provocación bronquial, utilizadas para detectar asma.

El informe del organismo de control, aprobado este año sobre datos de 2008, explica que el Hospital “no contaba con un ‘cibergómetro’ (bicicleta)” para realizar análisis integrales del aparato respiratorio y circulatorio, y, justamente, “estas pruebas –cardiopulmonares- permiten llegar a diagnósticos que no pueden obtenerse mediante ningún otro procedimiento disponible”.

De la misma manera, la AGCBA señaló que durante el período auditado el servicio de Fisiopatología respiratoria “sólo realizaba espirometrías ya que el pletismógrafo, equipo que permite la evaluación del volumen residual y la capacidad pulmonar total, no funcionaba desde mediados del 2007, pese a los reiterados pedidos” de reparación.

A su vez, en las salas de internación del servicio de atención y tratamiento de pacientes con patologías pulmonares, Neumotisiología, “hay techos en mal estado y estufas eléctricas donadas por el personal”, porque las del Hospital “funcionaban deficientemente”.

El trabajo de Auditoría añade que “el servicio de cirugía torácica del Hospital es centro de referencia y el único que cuenta con cirujano torácico de guardia las 24 horas”, pero presenta un “limitante, la falta de quirófanos”. Asimismo, indicaron los auditores que en la Ciudad “no hay formación de nuevos especialistas en cirugía torácica” porque “la residencia del Tornú se cerró”.

Por otra parte, en Terapia Intensiva “el número de camas disponibles (10) es escaso para la cantidad de pacientes del Hospital”.

En tanto, la AGCBA constató que “desde 1996 no se practican autopsias por falta de técnicos; el trabajo en la morgue es realizado por camilleros en colaboración porque no hay personal permanente; y en ocasiones, las nueve cámaras existentes resultan insuficientes, por lo que los cuerpos deben ser depositados fuera de las mismas”. Finalmente, agrega que “la morgue se encuentra en estado de abandono”.

Además, la Auditoria dice que “es particularmente grave la ubicación del espacio destinado al archivo de historias clínicas y de defunciones, que deben conservarse por el término que fija la ley. El lugar es húmedo, se encuentra sin ventilación ni iluminación”.

Por último, el informe explica que “la creación de áreas para atender la demanda especializada y la falta de estructura formal”, determinan “la existencia de cargos interinos en una proporción elevada”, donde los agentes ocupan puestos de responsabilidad “sin que su retribución corresponda a la función presupuestaria ejercida”.