Según un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA), durante 2009 la Dirección General de Arbolado Urbano (DGARB) inspeccionó el 9% de los 57.100 reclamos que recibió de los vecinos, como los pedido de corte de ramas para despejar luminarias o la rotura de veredas por el crecimiento de raíces, daños sobre vehículos y viviendas producidas por caídas de árboles. Y, de ese total sólo solucionó el 1%.

¿Quién tuvo la suerte de pertenecer al grupo de los escuchados? El organismo de control entrevistó al titular del área, que después renunció a su cargo. El funcionario reconoció que en la Dirección “no existe aún un criterio unificado de intervención en el arbolado ni tampoco existe planificación, concentrándose en atender emergencias y/o reclamos VIP”. Estos últimos –explicó- son los “pedidos y reclamos urgentes de vecinos especiales, por su insistencia o notificados por la Secretaría Privada de Jefe de Gobierno, Vice Jefa de Gobierno, Jefatura de Gabinete, Ministros o Subsecretarios”. La Auditoría porteña remarcó la “existencia de un circuito preferencial y discrecional para la atención de reclamos, denominados “VIP”. De esta manera, se aplica un criterio de privilegio que resulta inaceptable para un servicio público”.
 
La Dirección General de Arbolado Urbano fue creada por decreto en mayo de 2009 y se encarga de mantener y conservar los ejemplares arbóreos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Además, debe controlar a las empresas que realizan el mantenimiento del arbolado y atender reclamos vecinales.

Para la gestión del arbolado urbano, la Ciudad fue divida en seis zonas, en dos opera la DGARB y en las restantes cuatro, empresas privadas. La Dirección realiza el mantenimiento del arbolado a través de dos dependencias: una ubicada en la calle Venezuela, que opera en la zona correspondiente a los CGPs 4, 5 y 6; y otra situada en Parque Avellaneda, base operativa para el área comprendida por los CGPs 8 y 9.

Según el informe realizado por la AGCBA en el 2010, sobre datos obtenidos en 2009, la dependencia de Venezuela presenta varias falencias. En cuanto a movilidad, la delegación posee dos camionetas tipo pick up y una Trafic que, al momento de la visita, se encontraban paradas por no tener presupuesto para hacerlas funcionar.

En relación al equipamiento y debido a la falta de elementos como sierras, hidroelevadoras, escaleras, sogas, palas o hachas, la mayoría de los operarios están sin realizar tareas. La dependencia tampoco cuenta con equipos de comunicación, por lo que, una vez que los operarios salen a la vía pública, no hay manera de seguir en contacto con ellos.

El informe señala que el personal que realiza las intervenciones en los árboles no recibe capacitación formal. Según el delegado sindical de la Dirección General de Espacios Verdes, ellos aprenden el trabajo “en la cancha”.

Por último, los auditores advirtieron que las órdenes de trabajo telefónicas recibidas quedan asentadas en “papelitos” puestos en un pinche, sin ser registrados de manera formal.

La dependencia de Parque Avellaneda, en tanto, cuenta con un galpón industrial que muestra un completo estado de abandono (fisuras, filtraciones y manchas de óxido) y que, al momento de la auditoría, parecía estar siendo reformado por los mismos operarios de la dependencia.

El Jefe Operativo del lugar expresó que en las nuevas obras realizadas en plazas y parques, los árboles son comprados a terceros, es decir, a viveros particulares. Los auditores señalaron que “no se aprovechan las especies de árboles adultos cultivadas y existentes en dependencias de la DGARB y/o la DGEV (Vivero Municipal)”. Según informó el Jefe Operativo, los árboles que se encuentran en la DGARB no pueden ser manipulados por falta de maquinaria, como por ejemplo palas mecánicas.

Los agentes presentes al momento de la auditoría expresaron que nunca se los consultó acerca de sus necesidades en cuanto a ropa, insumos y maquinarias necesarias para operar en la vía pública realizando sus tareas. De hecho, les mostraron a los auditores varias cajas de motosierras nuevas que no son adecuadas para realizar trabajos en altura debido a su peso excesivo. Y añadieron que, cuando se rompe la cadena de las motosierras viejas, que son más livianas, las reponen sacándoles las cadenas a las nuevas.


Inspección y control

La auditoría señaló que, según lo informado por la DGARB, de un total de 57.100 reclamos ingresados entre el 4/4/09 y el 4/4/10, “sólo habrían inspeccionado el 9% y solucionado el 1%”. Los auditores pudieron verificar que “sólo se hacían trabajos basados en los reclamos. Los reclamos sobre arbolado urbano se reciben a través del 0800-999-2727 (call Center del SUACI) o en los Centros de Gestión y Participación (CGP) correspondientes al domicilio afectado. También se reciben los reclamos denominados VIP”. Además la auditoría “no pudo tener acceso a información ni documentación (actas) resultado de las inspecciones dado que la DGARB no contaba con las mismas”.

El Director de Arbolado Urbano dijo a la AGCBA que “se realizó un convenio con la Universidad Tecnológica Nacional para realizar un relevamiento de los árboles en las zonas de juegos de las plazas”. Pero advirtió que “el grave riesgo potencial que representa el estado del arbolado y la gestión de mantenimiento respecto de las personas y las cosas ante accidentes”. La AGCBA señaló que “el riesgo real y completo no puede calcularse ya que el nuevo organismo (DGARB) desconoce fehacientemente el estado de situación del total del arbolado de Buenos Aires”.

Por último, en el informe se advierte que en una entrevista con la Directora Operativa de la Dirección Operativa Inspecciones y Certificación de la DGARB, “en el año 2009, prácticamente, no se habían realizado Inspecciones ni Controles sobre las empresas Contratistas del Servicio de Mantenimiento de Arbolado”.