En Argentina se pierden anualmente 170.000 años de vida potencial por siniestros de tránsito. Entendiendo esta cuestión como una de las principales causas de alta mortalidad y morbilidad social, el Estado Nacional asumió esta temática como “Política de Estado” y estableció como ejes fundamentales de la misma las tareas de concientización, prevención, control y sanción.

Ahora bien, ¿qué pasa en la Ciudad? En su informe, la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) hace un recuento de las leyes y decretos tendientes a dar solución a las problemáticas viales, como la aprobación de un Plan Estratégico, un sistema inteligente de transporte destinado a brindar información del tránsito y hasta un mapa de riesgo con puntos críticos. Pero en su relevamiento sobre la gestión de la Dirección de Seguridad Vial detectó problemas, justamente, en las tareas de finalización y capacitación, dos de los pilares en los que se apoya este tipo de políticas públicas. 

Durante el 2012, año auditado, la Dirección implementó sus acciones a través de dos programas presupuestarios, uno destinado a la educación y concientización, y otro relacionado al control de normas viales. Las tareas de éste último, se focalizan en fiscalizar y controlar el cumplimiento de pautas, en coordinación con otras reparticiones y las fuerzas policiales, y de controlar el transporte escolar, taxis y automóviles de alquiler con chofer.

Según el organismo de control, “las acciones del Programa de Normas de Seguridad -controles de alcoholemia, control de tránsito, estacionamiento, uso de cascos, cinturón de seguridad, velocidad y cruce de semáforos- solo se implementaron en aquellas Comunas donde actúa la Policía Metropolitana”. El resto de las jurisdicciones “quedaron excluidas”, es decir, la mayoría de los habitantes de la Ciudad. 

Frente a esta situación, el informe sostiene que era necesario contar con un patrullero y personal policial suficiente para garantizar la seguridad de quienes realizan los controles, pero “no se tuvo apoyo de la Policía Federal en los operativos fuera de las Comunas con presencia de la Metropolitana”.

No obstante, más allá de las cuestiones jurisdiccionales, hubo un aspecto con menos resultados. Los auditores comprobaron que la Dirección no efectuó controles al transporte escolar, de taxis y automóviles de alquiler con chofer. Para estas tareas, las de control de cascos en moto-vehículos, documentación, labrado de infracciones y remisiones de las mismas en los casos que correspondiera, la Gerencia Operativa contaba con una dotación de 18 agentes, de los cuales 14 eran fiscalizadores y cuatro administrativos; contaban con la participación de los Agentes del Cuerpo de Control de Tránsito y Transporte y personal de la Policía Metropolitana. 

El domingo 5 de abril de este año, Página 12 publicó una entrevista realizada a la candidata a Jefe de Gobierno, Gabriela Michetti, en la que mencionaba lo mejor y lo peor de la gestión de Macri, sobre ésto último señaló: "Que hayamos discontinuado la política de seguridad vial. Tuvimos una política muy buena y, de golpe, la discontinuamos".

Sobre esta cuestión, la Auditoría precisó que “eventualmente se hicieron esporádicos controles de alcoholemia en micros escolares”, pero esto solo sucedió por “solicitud de los padres de alumnos que realizaban viajes de fin de curso”

En tanto, una de las estrategias más importantes para disminuir los accidentes de tránsito es de carácter educativo. Un hito relevante fue la Ley N° 2297 del 22 de marzo de 2007, que aprobó el Programa de Educación Vial en el Sistema de Educación Formal de la Ciudad. Dicha Ley dispone la implementación de estas enseñanzas con el objetivo de sistematizar y promover la adquisición de prácticas viales, seguras y solidarias.

Sin embargo, la Ley “no fue reglamentada”. Los auditores señalaron, en su trabajo aprobado en diciembre de 2014, que “la ausencia de reglamentación obstaculiza la puesta en funcionamiento de las acciones del Plan Estratégico de Seguridad Vial, implementado por Decreto N° 271/GCABA/2007”. Cabe destacar que la normativa exigía para su validez ser reglamentada por el Poder Ejecutivo “dentro de los noventas días de su aplicación”. Desde su aparición hasta la fecha de finalización de las tareas de campo de la Auditoría habían trascurrido más de 1800 días

Educando

El programa de concientización y educación vial de la Dirección de Seguridad está dividido en Educación Formal y No Formal.

Respecto del área de educación formal, los auditores señalaron que “no se ejecutaron las actividades que se venían desarrollando en 2011 y que según las descripciones programáticas del 2012 debían mantenerse” (Escuela Itinerante, Educación abierta a la comunidad, convocatoria a las organizaciones que estén interesadas en la seguridad y educación vial y jardines de infantes para sala de tres y cuatro años).

En el caso del programa Escuela Itinerante, el motivo principal fue la falta de personal, dado que la cantidad de capacitadores pasó de nueve a cinco, aunque también remarcaron que “no se contaba con movilidad para el traslado de los materiales y de los capacitadores”. 

En cuanto al programa de Educación Vial en Pista de Práctica o “Conductores por un día”, los problemas fueron otros: “Resultaba necesario realizar obras de adecuación y mantenimiento de pista, contar con aulas, depósito y baños, así como con el mantenimiento de las condiciones de seguridad que la misma requiere”. 

La responsable del área destinada a alumnos de escuelas primarias dijo “que en la actualidad solo ruedan 8 de los 32 karting existentes y que las demarcaciones de la pista no coinciden con la realidad de la vía pública, al carecer de bicisendas y espacio de motos. Tampoco hay un botiquín completo y agua potable para tomar los días de calor y los materiales para entregar a los alumnos son insuficientes”. Además, agregó que “no cuenta con servicio de limpieza y se usan baños químicos, que no son limpiados con la regularidad necesaria”. La limpieza de los baños, el micro aula y la pista es realizada por los mismos capacitadores.

Entre tanto, la cantidad de alumnos concientizados por los programas Conductores por un día, Talleres en Secundarios y Mi primera Licencia, “al compararlo con el universo de alumnos matriculados en el ámbito de la CABA, tuvo una incidencia poco efectiva, menor al 3% sobre esta población a capacitar”.

Por último, y en cuanto al área no formal, la AGCBA aseguró que tampoco se ejecutaron actividades que fueron realizadas en 2011 y que debían mantenerse en 2012, como en el caso de “los cursos de capacitación a choferes profesionales de las distintas líneas de colectivo, que tiene como fin de minimizar los riesgos y consecuencias de incidentes viales” en la Ciudad. 

Según el presupuesto 2012, las actividades realizadas por el programa durante este periodo fueron las de Educación vial para contraventores y los Cursos de capacitación para chóferes de colectivo.