La Capital Federal cuenta con varios centros de atención para la salud mental de niños, niñas y adolescentes que funcionan en la provincia de Buenos Aires. Se trata de los llamados hogares conveniados y, según un informe de la Auditoría General porteña (AGCBA), algunos de esos albergues no cuentan con baños adaptados y tienen parte de sus colchones deteriorados o directamente vencidos.

El organismo de control, que aprobó su trabajo el año pasado sobre datos de 2015, obtuvo esos hallazgos tras visitar nueve establecimientos. De ese total, siete corresponden a la Institución Seres (seis en Avellaneda y el restante en Villa Elisa -La Plata-), y los otros dos conforman el Centro de Atención al Discapacitado Santa Clara de Asís, con sedes en Quilmes y Bernal. 

La recorrida

Luego de sus visitas, la Auditoría concluyó que, sobre nueve centros, cinco tienen entre el 10 y el 25% de sus “colchones deteriorados”, con una mención especial a la sede de Villa Elisa, donde el 20% de los colchones está “vencido”

Además, en cuatro hogares faltan baños para discapacitados y dos carecen de áreas de aislamiento.

El informe puntualiza que en el local de la calle Paso 47 (Avellaneda) “no había un espacio para la visita de familiares”, y la sede de Sarmiento 515 (también Avellaneda) carece de un comedor diario fijo, para lo cual “adaptaban diariamente una habitación del primer piso” del complejo.

"Ninguno de los establecimientos Seres posee habilitación municipal", reveló el informe.

El panorama en el Seres Roca 767, siempre en el sur del conurbano, era relativamente distinto: es que, según la Auditoría, sí había un comedor, aunque sin cieloraso, lo que generaba que los internos comprobaran por sus propios medios que el techo de chapa no cubría todo el ambiente, ya que “no estaba conectado con la medianera”

Y, por si algo le faltaba a la casa, “el baño del personal se encuentra dentro de una de las habitaciones de los niños”, completó la investigación.  

Papeles

Tras analizar un aspecto más formal de los hogares, la Auditoría porteña reveló que, si bien el convenio con la Institución Seres decía que su modalidad de prestación era “rehabilitación con internación” para niños de 0 a 6 años, las habilitaciones de dos de los locales que estaban anotados en 2015 hablaban de “hogar” con población de niños y adolescentes mayores.

¿Quién debía verificar la coincidencia entre esos papeles? La Dirección General de Salud Mental de la Ciudad, una dependencia que funciona bajo la órbita del Ministerio de Salud y sobre la que se volverá en breve. 

Pero si de papeles se trata, los técnicos también descubrieron que “ninguno de los siete establecimientos Seres posee habilitación municipal; tres tienen la habilitación provincial vencida”, y la sede 12 de Octubre “no posee habilitación nacional”

Por el lado de la normativa laboral, el organismo de control advirtió que en los centros quilmeños Santa Clara de Asís el 40% de los empleados no cumple el requerimiento de presentar certificados de Antecedentes Penales y el 60% no lo hace con la libreta sanitaria

Algo parecido ocurre en las sedes de la Institución Seres (30 y 40% respectivamente), con el agregado de que “no se cumple la normativa de la ley 4383/12 (de la Ciudad) en cuanto a normativa laboral (porque) la totalidad de los empleados son monotributistas”, concluyó la investigación.

La Dirección

Al margen de esta enumeración de hallazgos, la observación que más se repite en el informe de la Auditoría porteña está relacionada a las visitas que la Dirección de Salud Mental hizo -o no- a los hogares.

En un centro se descubrió que el cieloraso no cubre todo el ambiente del comedor.

Desde la dependencia le explicaron a la Auditoría que “en relación a las visitas a los establecimientos, las mismas se realizan de forma mensual y tienen como objetivo observar el funcionamiento de cada hogar, la situación de los usuarios, la tarea de los profesionales así como también las instalaciones y los recursos físicos”.

Sin embargo, en ocho de los nueve centros examinados dijeron que hubo meses y hasta estaciones completas en las que no recibieron visitas de personal de la dependencia. 

Por ejemplo en el Seres Sarmiento 515 no hubo ninguna visita en el primer cuatrimestre de 2015; en el Roca 767 hubo solo tres inspecciones en todo ese año, y en el Santa Clara de Asís recibieron a los funcionarios solamente en octubre, siempre de 2015.

Importante

Más allá de las irregularidades, la Auditoría porteña comprobó que durante el período analizado “han preservado los derechos de niños, niñas y adolescentes, en cuanto a la prestación clínica, psicológica y social”.