Tardaron 2 años más de lo previsto y hubo que pagar $ 16 millones de más
Eran refacciones financiadas con un préstamo internacional. Según un informe de la AGN, las “sucesivas ampliaciones de plazos” derivaron en demoras y hasta duplicaron presupuestos originales. Para los organismos multilaterales, también hubo “elevados costos administrativos”. Agregaron al plan el Metrobús de La Matanza sin estudios que fundamenten esa decisión.
Una serie de obras pensadas para mejorar estaciones ferroviarias en varias ciudades del país se demoró tanto que hubo que pagar más de $16 millones por encima de los presupuestos previstos.
Las refacciones formaban parte del Proyecto de Transporte Urbano para Áreas Metropolitanas (PTUMA), una iniciativa financiada mediante un préstamo del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF). Mientras que las tardanzas y los desembolsos extra fueron cuestiones advertidas por la Auditoría General de la Nación (AGN) que investigó cómo ese programa fue gestionado entre 2011-2014 por el entonces Ministerio de Transporte.
El organismo de control, que aprobó su informe el año pasado, observó que “las sucesivas ampliaciones de plazos” en los contratos “generaron un incremento de los costos del 42% -en las obras-, y del 119,46% para la supervisión” de los trabajos.
Según el relevamiento, en números esto equivale a más de 16 millones de pesos. Es que el importe original de la iniciativa ascendía a $ 35,3 millones pero finalmente se pagaron unos $ 50,3 millones.
A eso hay que sumarle que el contrato de supervisión de obra tenía un monto inicial, hasta al 23 de septiembre de 2010, de $ 989 mil. Sin embargo, ese control terminó costando algo más de $ 2 millones en diciembre de 2012.
“Las razones de la extensión de los plazos radican principalmente en solicitudes de los Municipios participantes de los trabajos y en demoras en las habilitaciones”, concluye la AGN, y añade que los costos “debieron ser ajustados por redeterminación de precios”, un mecanismo previsto en el Contrato de Obra para considerar las fluctuaciones en los valores de los insumos.
Volviendo a los chequeos de los emprendimientos, la Auditoría accedió a informes de consultoras sobre el avance de las obras y notó que “sólo en algunos casos se menciona la existencia de actividades de control realizadas ‘in situ’ por la Unidad Ejecutora Central”, que era la oficina del ex Ministerio de Transporte encargada de fiscalizar la iniciativa.
La AGN descubrió incluso que sólo uno de los trabajos de estas consultoras fue aprobado por el Ministerio de Transporte “pero por personal ajeno al proyecto, y en otros tres casos se constató que no existía aprobación final”.
La administración
Por otra parte, la Auditoría afirmó que “según criterios internacionales, el costo administrativo de este tipo de proyectos no debería superar el 3% del total del préstamo” otorgado por un organismo multilateral.
Sin embargo, en 2014 -el último año analizado en el informe-, los gastos de administración alcanzaron el 4,75 por ciento del total “superando de esta manera el valor de referencia”, cerraron los auditores.
La ejecución
Pese a estos datos, la investigación de la AGN señaló que “el proyecto tuvo una reducida ejecución física y financiera, alcanzando un 28,9% del total”.
Y agregó que “a la fecha de cierre de las tareas de campo (diciembre de 2014), se esperaba una ejecución cercana al 75%”, ya que aquel año representó el cuarto de un proyecto que pensado para que durara seis ejercicios.
El Metrobús de La Matanza
Como ya se dijo, estaba previsto que en su primera etapa la iniciativa durara unos seis años, entre 2010 y 2016, por un monto total de 150 millones de dólares.
Sin embargo, la Auditoría cuenta que “en 2012 se iniciaron gestiones que derivaron en modificaciones de la Matriz de Inversiones, lo que se denominó Proceso de Reingeniería del Préstamo, aprobadas definitivamente en mayo de 2015 por el Ministerio de Economía y Finanzas”. En pocas palabras, estos cambios significaron dar de baja obras en el interior del país, y focalizar las actividades en la llamada AMBA, es decir, Área Metropolitana de Buenos Aires, lo que además aumentó los costos en más de 37 millones de dólares.
El informe detalla que el proyecto general tenía seis componentes, entre los que se destacaban el uno, creación de la Agencia Metropolitana de Transporte para Buenos Aires; el dos, Mejoras de Transporte Urbano en Ciudades Medianas (Mendoza, Posadas, Tucumán, Córdoba, Rosario); y el tres, Acceso al Transporte Público e Integración Modal en Buenos Aires.
Dice la AGN que “el componente dos (el destinado a las ciudades del interior) tuvo una reducción en sus costos del 49 por ciento, se dieron de baja obras, que fueron reemplazadas por otras. Mientras que el componente tres (el de la Integración Modal de Buenos Aires), registró un incremento del 159 por ciento y se incorporaron trabajos que no estaban previstos”.
Entre esas obras aparece el llamado Corredor BRT en la Ruta Nacional 3. Se trata del Metrobús de La Matanza y, sobre esto, los investigadores dijeron que el emprendimiento “no contiene un análisis que fundamente su selección en reemplazo de otros”.
Además, completa el informe, “no se pudo determinar si se realizaron los análisis de costo-efectividad que fundamenten la incorporación (del Metrobús) en el proyecto en términos de mejora de transporte para la población usuaria”.
Aspectos destacables
No todas fueron objeciones en el informe de la Auditoría Nacional. De hecho, el organismo de control enumeró unos “aspectos destacables” de la gestión del préstamo internacional, entre los que figura “la concreción de la Agencia Metropolitana de Transporte de Buenos Aires; el diseño y la implementación del curso de Master de Planificación en Transporte Urbano, en convenio con tres facultades de la Universidad de Buenos Aires; la elaboración de los manuales de procedimiento (de la oficina del ex Ministerio de Transporte que llevó adelante la iniciativa); y la implementación de un inventario de bienes comprados con fondos del programa”.