Según un informe de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), en la Universidad Nacional de Tucumán hay por lo menos 250 alumnos que tienen sus notas “adulteradas o modificadas” y que, a pesar de aparecer en calidad de aplazados o ausentes en los Libros de Actas, figuran como aprobados en el sistema informático de la casa de altos estudios.

La “discordancia” fue detectada en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales donde, además, se detectaron otros 120 casos de irregularidades en las calificaciones.

Con respecto a la gestión académica, el organismo de control también encontró falencias en otras Facultades. En Filosofía y Letras, por ejemplo, se “omiten” alumnos en los Libros de Actas y después se los agrega, aunque sin hacer “la salvedad correspondiente”. Asimismo, “la Facultad de Ciencias Naturales carece de estructura administrativa , por lo que el circuito de otorgamiento de títulos es llevado a cabo por personal de diferentes sectores”, puntualiza el informe, aprobado el año pasado.

Hay facultades que directamente no tienen Libros de Actas: “En su lugar –dice la SIGEN-, existen Actas encarpetadas, con hojas sueltas, mal foliadas, (escritas) con lápiz y sin datos formales”. La falta de estos documentos también se registra en carreras correspondientes a los Doctorados y Magíster.

No obstante, la Sindicatura señala que en las sedes donde sí hay Libros de Actas, los datos no coinciden con el Detalle Final de Materias. Además, la confección de los Libros es “inadecuada, (porque) no tienen firmas del tribunal examinador” y aparecen enmiendas o sobrescritos “sin salvar”. Por otra parte, se destacan varios casos en que se dan excepciones dentro del régimen de correlatividades y que ese sistema es controlado “en forma manual”.

Por el lado de las becas que otorga la Universidad tucumana, el informe indica que existen beneficiarios que no cumplen con el promedio de notas ni con la cantidad de materias aprobadas que exige el reglamento, y añade que hay pagos que los alumnos no cobraron; que se elevó el monto de ingresos del grupo familiar -uno de los requisitos para conceder la ayuda- sin ninguna normativa que lo disponga, y que “la Dirección de Becas no lleva un legajo por cada becario”.

La SIGEN descubrió además que varios investigadores no presentan rendiciones de sus gastos ni informes de avance de sus trabajos en tiempo y forma. Al margen de esto, sí se encontraron rendiciones en que se superó hasta un 40% del monto autorizado en el rubro “pasajes y viáticos”.

El informe de la Sindicatura también expresa que “los Convenios de Cooperación Académica tienen cláusulas legales que los tornan infinitos y que dificultan el control académico”.