Un “proyecto fallido que no produjo ningún resultado final”
Así se refirió la Auditoría de la Ciudad a la informatización del Registro Civil, para lo que se había contratado en 2003 a la empresa alemana Siemens. Es que faltó un software de administración acorde a las necesidades de la dependencia y hubo un “claro desaprovechamiento de la inversión”, acordada en 1,5 millón de dólares y 2.641.016 pesos.
Según un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA), el proyecto para informatizar el Registro Civil fue “fallido” y “no produjo ningún resultado final”.
Es que al momento del informe de la AGCBA –aprobado el año pasado-, la empresa alemana Siemens Itron Buisness Service S.A., contratada para el servicio, no había desarrollado un aplicativo de administración de actas que abarcara el caudal de información que maneja habitualmente el Registro Civil porteño. De hecho, esa dependencia rechazó las diferentes versiones del software que fueron sometidas a prueba.
Siemens fue contratada en diciembre de 2003 bajo una modalidad conocida como “llave en mano”, en la que el énfasis está puesto sobre la “responsabilidad global que asume la contratista frente al cliente”. Al no recibir el aplicativo que esperaba, la Ciudad decidió suspender los pagos que venía efectuando y que, para diciembre de 2007, ya alcanzaban el 68.5% del total de un convenio acordado en 1.543.906 dólares y 2.641.016 pesos (se hizo en monedas distintas en función del origen de los bienes y servicios a adquirir). “Esto –la suspensión de los pagos- motivó que la contratista no desease continuar con el proyecto, generándose una negociación que se llevaba a cabo al cierre de esta auditoría”, puntualiza el organismo de control.
En el contrato de 2003 la empresa se comprometía a gerenciar el proyecto, proveer equipos de hardware –138 computadoras, 9 servidores, 56 impresoras y 32 escáners-, cableado, servicio técnico y el desarrollo del aplicativo para administrar las actas. “Al faltar (ese último programa) no hubo producto final posible”, dice la AGCBA y añade que, tras cuatro años de vigencia del convenio, hubo un “claro desaprovechamiento de la inversión realizada”.
Pero la Auditoría también destacó otras observaciones del proyecto de informatización. En primer término, se registró una “importante subutilización” de 18 computadoras destinadas a los Centros de Gestión y Participación y los hospitales comunales donde funcionan las dependencias del Registro porteño. Es que esos equipos, que costaron 17 mil dólares en enero de 2006, iban a ser usados en delegaciones que manejan entre 2 mil y 6 mil actas por año, poco, si se tiene en cuenta la capacidad de la tecnología en cuestión, y que el Registro tramita anualmente cerca de 175 mil actas. Pero hay más: la utilización de las computadoras se demoró tanto, que a la fecha de la auditoría no había ninguna funcionando. Para el organismo de control, esto “generó un costo fiscal al Gobierno de la Ciudad, que efectuó la inversión y no obtuvo el retorno de servicios esperados”.
En segundo término, y además de las computadoras, el resto de los equipos comprados para la informatización quedaron “al borde de su vida útil, considerada en alrededor de tres años, sin que el proyecto haya tenido lugar”, y con el agravante de “la veloz depreciación que sufren estos activos”, afirma la AGCBA.
El plan preveía una digitalización de actas, es decir, escanear los trámites de casamientos, nacimientos y defunciones. El informe señala que este trabajo se hizo “parcialmente”, y que “surgieron problemas con la calidad de las imágenes”. Puntualmente, hasta diciembre de 2007, Siemens había digitalizado cerca de 2.300.000 actas, de las que el Registro Civil “solamente aceptó 600 mil”.
Durante la vigencia del contrato se incorporó el mecanismo de la firma digital, aunque fue aplicado a “una reducida parte” de los documentos, unos 5 mil. No obstante, la Auditoría sostiene que “la digitalización de actas no incluye la autenticación de las mismas mediante la firma digital o electrónica”. Es decir, las copias digitalizadas no tienen ningún valor legal y para certificarlas hay que recurrir al clásico libro de actas, un “paso que sería muy conveniente evitar a futuro por (su) lentitud y consecuente ineficacia”, recomienda el informe.
En cuanto a la “captura de los datos” que figuran en las actas, si bien las fallas detectadas bajaron del 20% al 8%, la AGCBA aclara que ese porcentaje es “igualmente inaceptable para un pliego que estipulaba cero error”.
El organismo de control concluye que, si bien la informatización del Registro Civil se desarrolló con “atrasos y dificultades, en líneas generales se (logró) una importante cantidad de productos intermedios que facilitarán el objetivo a futuro”, aunque el plan no haya dejado “ningún resultado final instalando y funcionando”. Asimismo, se resaltó que los convenios “llave en mano” pactados “sin un diseño de detalle, han demostrado ser ineficaces como método de contratación en el ámbito del Gobierno” porteño.