El pago de los intereses de la deuda pública explica el 70,7% del déficit que acumuló el Estado nacional durante los primeros meses de 2016.

Es que entre enero y julio, la Administración recaudó por todo concepto casi $ 856 mil millones, mientras que los gastos totales ascendieron a algo más de $ 993 mil millones. Y, con esta performance, la Nación registró simultáneamente dos resultados negativos.

Por un lado, está el déficit financiero, que llegó a $ 135.988 millones y que se explica en que gastos e ingresos evolucionaron a distintas velocidades y proporciones durante el período analizado.

No obstante, por otro lado, aparece el déficit primario, que es el que se obtiene al comparar desembolsos y recaudación, pero restándole el pago de los intereses de la deuda.

Y ese ítem del presupuesto ejecutó hasta julio $ 96.261 millones; lo que significa que, incluso restándole el monto en cuestión al déficit financiero, el resultado primario también sería negativo, alcanzando los $ 39.727 millones.

De cada $ 100 de déficit acumulado entre enero y julio, 71 se destinaron al pago de la deuda pública

De los cálculos iniciales a los números vigentes

Una forma de entender por qué el pago de la deuda impactó tanto en los resultados del período, vale reparar en que el cumplimiento con los acreedores tiene un calendario propio, que no necesariamente acompaña la marcha de los meses.

Y es que para todo el ejercicio, el Estado pensó destinar a honrar sus deudas algo más de $ 104 mil millones y, como ya se dijo, hasta julio se ejecutaron por ese concepto $ 96 mil millones, lo que equivale al 92,4% de la partida en el 58,3% del tiempo transcurrido en el año.

Sin embargo, al calendario de pagos se le suma otro elemento, y tiene que ver con las modificaciones presupuestarias que el Ejecutivo nacional hizo durante estos meses de 2016, mediante ampliaciones de gastos y reasignación de partidas, sin pasar por la revisión del Congreso.

Esto puede advertirse al comparar los cálculos iniciales con los montos vigentes del presupuesto. En rigor, cuando la anterior administración proyectó el plan de gastos y recursos de todo este año esperaba un déficit financiero de $ 98.410 millones y, a la vez, un superávit primario de $ 5.724 millones. Es decir, restando el pago de los intereses de la deuda, iba a quedar un saldo a favor para ayudar a solventar justamente los compromisos con los acreedores.

Pero los montos vigentes, tanto los acumulados en los primeros siete meses, como los proyectados para el año completo, muestran un panorama diferente: al déficit financiero contado hasta julio, de $ 136 mil millones, se suma el resultado negativo previsto en todo 2016, que ahora asciende a $ 185.532 millones (ver Escenario distinto).

De cada $ 100 de déficit acumulado entre enero y julio, 71 se destinaron al pago de la deuda pública

Y a la vez, esta performance impacta en la proyección del déficit primario, actualmente calculado en unos $ 81.398 millones (para más detalles, click en Descargue el Monitor).

Escenario distinto

La evolución de totas estas variables muestra, por un lado, que el déficit contado hasta julio, de $ 136 mil millones, es un 38% más alto que el resultado negativo previsto al comienzo del ejercicio ($ 98 mil millones); y, por el otro, que ese último monto es duplicado por el rojo con el que se espera terminar este 2016.