Cuando el Estado decidió hacerse cargo de la producción y la explotación comercial de la televisación de los partidos de fútbol de Primera División, en agosto de 2009, se dijo que la financiación vendría de los ingresos generados por la venta de publicidad. Así fue que, entendiendo al deporte de mayor convocatoria del país como uno de los negocios más rentables, para el año pasado se previó una recaudación de $ 750 millones gracias a la participación de los anunciantes privados, lo que alcanzaría –y sobraría- para solventar el contrato de $ 648 millones firmado con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). De hecho, hasta el eventual excedente tenía destino: según los lineamientos de la iniciativa, el dinero que sobrara iría a parar al fomento del deporte olímpico. Pero durante todo el ejercicio 2010 el programa Fútbol para Todos recaudó $ 14,7 millones en concepto de publicidad, lo que representó solo el 2,2% de lo que estaba previsto a principios del año.

La respuesta de los anunciantes tuvo dos consecuencias. Por un lado, a partir del segundo trimestre del año pasado la iniciativa pasó a ser financiada exclusivamente con fondos del Tesoro Nacional. De los $ 648 millones del programa, se ejecutaron aproximadamente $ 590 millones en concepto de derechos de transmisión, que fueron pagados a la AFA.

Esta performance de recaudación ya se evidenciaba a principios de 2010. En los primeros dos meses de aquel ejercicio, los ingresos por publicidad treparon a $ 1,6 millón, que equivalía al 0,2% de lo estimado para todo el año. De hecho, por aquellos días el Estado cambió la fuente de financiación del programa, de “recursos de afectación específica” (ingresos publicitarios) a fondos del Tesoro Nacional, mediante una decisión administrativa, la 41/2010, que transfirió hacia las transmisiones del fútbol unos $ 144,2 millones que en principio estaban destinados a financiar acciones relacionadas al medio ambiente en provincias y municipios (ver aparte).
 
La otra consecuencia fue que, con ese antecedente, las previsiones para este año fueron menos ambiciosas. En 2011 la recaudación por publicidad se estima en solo $ 20 millones, de los cuales, en el primer trimestre, ya se percibieron $ 6 millones. Con el presupuesto prorrogado, el programa Fútbol para Todos tiene un crédito vigente de $ 690 millones. Con este panorama, $ 670 millones –el 97,1% de ese total- saldrán del Tesoro Nacional. Entre enero y marzo de este año, la iniciativa ejecutó un poco más de $ 142 millones.

Para el medio ambiente

Aquella decisión administrativa 41/2010, que transfirió a la televisación del fútbol $ 144,2 millones que eran para acciones relacionadas a la ecología en provincias y municipios, causó polémica en la opinión pública porque puso en duda la vocación del Estado en el cuidado del medio ambiente. Es que esas acciones, englobadas en las Actividades Comunes a cuatro programas -Planificación y Política Ambiental (40), Promoción del Desarrollo Sustentable (41), Coordinación de Políticas Ambientales (42), y Control Ambiental (43)-, disponían a principios del año pasado de unos $ 342,2 millones, por lo que la reducción de la partida alcanzaba al 42%.

Pero los niveles de asignación presupuestaria y de ejecución de las Actividades Comunes durante años anteriores despertaron otro tipo de dudas. Si en 2009 las acciones tenían un crédito de $ 52 millones -de los que se devengaron $ 22 millones-, y el año pasado la partida aumentó más de seis veces –aunque después se redujo el 42%-, pero solo se transfirieron $ 54 millones para financiar programas ambientales; ¿no será que las Actividades Comunes se pensaron como un “colchón presupuestario” para eventuales reasignaciones de dinero?

Este año, las Actividades Comunes a los Programas 40, 41, 42 y 43 disponen de un crédito vigente de $ 35 millones, algo más del 10% de lo que se había destinado en 2010.