Publicado: 16-12-2009
 
Escudero se reunió con concejales radicales, pero enseguida marcó diferencias. Con críticas, pidió que Lunghi no demore más un sistema de control informático sobre el área de farmacia en el Ramón Santamarina. Recordó que ya hubo planteos del Tribunal de Cuentas y ahora estalló el gravísimo caso de la morfina.

Mientras la Justicia intenta establecer responsabilidades en el caso de una paciente que denuncia haber contraído una fuerte adicción a la morfina, luego de recibir dosis de esa sustancia que habrían provenido del Hospital Municipal Ramón Santamarina, el presidente del Partido Justicialista, Raúl Escudero, volvió a poner en tela de juicio los controles que se aplican en la farmacia hospitalaria.

"Los planteos los hago en público y en privado, donde sea, pero siempre con la intención de que lo que opine sirva para solucionarle las cosas a la gente, por lo que lo demás, si estoy cerca o lejos del radicalismo, me tiene realmente sin cuidado", señaló ayer Escudero tras un encuentro que mantuvo con concejales del oficialismo.

En particular sobre el escándalo vinculado a la causa de la morfina, el ex concejal indicó que "hace unos años, cuando se hizo la interpelación a quien era el director, Oscar García Allende, planteábamos la necesidad de que la farmacia tuviera un sistema informático de control de stock y de salida de los productos".

El titular del PJ agregó que un sistema informático "daría al menos una pauta de los controles y en ese momento nos decía que se estaba realizando, a través de un convenio con la Universidad, un nuevo sistema de controles".

Por eso, remarcó que "ya pasaron tres años de esa interpelación y todavía no ha pasado nada. Ahora, en 2009, hace unos cinco meses, se trajo a la comisión de salud un nuevo convenio donde otra vez se hablaba de ese sistema".

Lo cierto es que Escudero indicó que percibe "una falencia bastante grave porque el movimiento que hay en la farmacia del Hospital y en la era de la tecnología no se entiende, lo digo con conocimiento, porqué no se avanza cuando es imprescindible para tener previsión y control para manejarse con el aprovisionamiento de medicamentos".

El dirigente, que además administra una red de farmacias desde la Asociación Mutual de Empleados Municipales, recordó que "este tema de la farmacia ya estuvo en el tapete de la discusión por los reconocimientos de deudas a proveedores".

Rememoró en tal sentido que los planteos "llegaron desde el Tribunal de Cuentas por el período 2005/2006, apuntaban a determinadas empresas, cuando nuevamente se han realizado reconocimientos de deudas a las mismas empresas, de manera reiterada".

Por ello, apuntó que "queda claro que hay algunas cosas que no están funcionando como deberían funcionar, que no se puede esperar más en el tiempo para aplicar un sistema de control mucho más estricto".

Más allá de las diferencias, reiteró que su voluntad es marcar estas cuestiones en encuentros cara a cara con los representantes del oficialismo. "La gente tiene libertad de pensar y hay quienes, estén o no dentro del justicialismo, a estos encuentros los ven con buenos ojos, porque nadie para demostrar que es buen dirigente debe tratar con total antipatía a quienes están del otro lado", dijo.

Por ello, indicó que este tipo de encuentros con el oficialismo -en junio lo hizo con Miguel Lunghi-, "no me quita ni me agrega nada, porque sigo siendo más peronista que nunca, y cada vez le dedicaré más tiempo a la política ahora sin ningún tipo de cargo, sólo con la representación de la presidencia del Partido Justicialista".

Por último, anticipó que no aguardará "treinta días antes de las elecciones para conseguir recursos y salir a decir en una publicidad que el proyecto que represento es mejor en términos políticos, porque detrás de estas situaciones no está sólo el radicalismo sino que está la gente", cerró.