Publicado: 13-11-2011

En muchas oportunidades, cuando un Estado no responde, los vecinos se juntan. En estos casos, la solidaridad de quienes comparten el mismo esspacio moviliza grandes reclamos. Aquí se contarán tres historias de personas que conocieron y se apoyaron en los que tenían cerca para hacer escuchar su voz.

Los chicos también reclaman un Riachuelo limpio. La Asociación de Vecinos La Boca surgió en 1997 con el fin de solucionar problemáticas propias del barrio. Alfredo Alberti, presidente de la ONG, calificó como preocupante la cercanía que mantienen con el Riachuelo. Este problema "dificultaba la tarea escolar, tenía mucho que ver con la inseguridad en el barrio y con el colapso del hospital Argerich. Estaba, además, muy relacionado con las trabas que teníamos en el barrio", comentó.

Alberti recordó que mediados de la década del 90 se preguntaban "en qué habían quedado aquellos famosos mil días de la señora María Julia Alsogaray", en referencia a la promesa de la entonces secretaria de Recursos Naturales de la Nación de limpiar uno de los cursos de agua más contaminados del mundo. Pero esto nunca se cumplió. Cuando la desidia viene por parte del Estado, los vecinos se nuclean para echar luz sobre lo que estaba opaco. "Este no era tema de nadie en la década del 90. Nosotros comenzamos a dedicarnos en un 95% de nuestro esfuerzo en la Asociación porque había un vacio absoluto. Nos costó mucho implantar este tema en la agenda política", reconoció el presidente de la Asociación.

"El sur no tiene futuro con el Riachuelo en estas condiciones", sentenció Alberti: "La pudrición de la cuenca, termina degradando el territorio. La gente se va hacinando y enfermando", reflexionó. Entre las actividades que realiza la Asociación, se destacan el trabajo concientización las escuelas del barrio. El 25 de octubre pasado se realizó una jornada en la Escuela Comercial N° 1 Joaquín V. González que convocó a toda la comunidad educativa de la zona en la que se articuló las asignaturas con las problemáticas del Riachuelo. El cierre del encuentro se llevó adelante en el natatorio del centenario colegio donde hubo una demostración de cómo podría limpiarse el contaminado río. Los alumnos, a su vez, expusieron carteles que expresaban reclamos de los vecinos del barrio porteño más contaminado: "Animales vivos, recomposición ambiental, defensa del ecosistema": figuraba escrito en las distintas cartulinas.

Los vecinos de La Boca, junto a la Asociación de Personal de los Organismos de Control (APOC) presentaron un proyecto de Ley en el Congreso Nacional que preveía la creación de la Autoridad Interjurisdiccional de la Cuenca Hídrica del Río Matanza Riachuelo, conformada por el Estado Nacional, la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires. Este ente, cuya principal misión era sanear el Riachuelo, fue desestimado. En su lugar se creó la Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), que se encarga desde 2006 de purificar el curso de agua y de reubicar de las familias que viven en la cerca de la costa.

En 2009, la Corte Suprema de Justicia de la Nación determinó que la Asociación Vecinos de La Boca integrase el "cuerpo colegiado", un grupo de ONG que intervienen en la causa del saneamiento. Hay reuniones todos los jueves en la Defensoría del Pueblo de la Nación para realizar un seguimiento de la depuración de la cuenca. "La Corte Suprema honró estos doce años de trabajo", afirmó Alberti.

No a los proyectos inmobiliarios. Si a la reserva. El repudio a los emprendimientos inmobiliarios privados en tierras públicas convoca a los vecinos de Bernal desde hace mucho tiempo.

Hoy, el conflicto que tiene en vilo a estos vecinos del sur del Conurbano es el proyecto de rezonificación del humedal de la ribera. Este emprendimiento denominado Nueva Costa del Plata prevé la construcción de un complejo similar al de Puerto Madero con torres de hasta 40 pisos sobre las 500 hectáreas de la selva marginal quilmeña. En 2002, esta zona con una biodiversidad única fue declarada como reserva natural. "El proyecto que la pone en peligro ya fue aprobado en Avellaneda hace dos años. Eso implica que la normativa que hoy declara a la zona costera reserva natural, por el que no se puede edificar, debe ser derogada y reemplazada por una nueva reglamentación que dé cuenta de una zonificación con categoría de urbana para que se pueda construir. Si no cualquier proyecto inmobiliario es imposible legalmente", expresó Yanina Gambetti, que vive en Bernal.

Los vecinos autoconvocados reclaman que se "proteja la ordenanza vigente y que se realice un plan de manejo ambiental con el que se aproveche un espacio que sirve como objeto de investigación y para hacer visitas", detalló la vecina consultada quien reconoció que para que esto se concrete sólo "falta voluntad política".
Por último, Gambetti contó que "hicimos un montón de actividades para difundir la existencia de la reserva, ya que desde la municipalidad no se ha difundido como un bien del quilmeño. La mayoría de la gente no sabe que existe. Nosotros invitamos a que se conozca".

Todos por la canchita. A principios de mayo de este año los vecinos de Haedo se encontraron con una sorpresa: la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), con sede en esa localidad, cerró el acceso de un espacio que era usado para recreación de la comunidad. "Cuando pusieron las primeras rejas la gente no sabía quién las ponía", contó Silvia Barbero, del Movimiento Vecinal.

Los primeros que se juntaron fueron los que jugaban a la pelota. "Habían unos arcos puestos por ellos mismos. La gente de la facultad cerró, cercó y un día se llevó los arcos. Nosotros, con un lagrimón, sacamos la foto porque era muy simbólico", expresó Barbero. Hoy son bastantes más los que se reúnen en esquina emblemática de Consesa y Directorio, justo frente a la can-chita. "Vivimos en un barrio de monoblocs que comprende tres manzanas con cientos de familias. Sin la canchita, nuestros niños yjóvenes no tienen dondejugar", relató Barbero.

Las autoridades de la UTN enrejaron el predio amparados por un decreto del año 1972 que expropiaba el terreno para cedérselo a la casa de estudios con la condición de que en cinco años construya allí su edificio. Si esto no ocurría, el terreno volvía a ser una plaza. Hoy, a casi cuarenta años de la norma, la Universidad la cercó utilizando el predio como estacionamiento. Los vecinos intentaron en dos oportunidades dialogar con el Decano, pero resultó imposible. Barbero relató las presiones que recibieron: "Cuando a veces la canchita está abierta viene la policía a correr a los nenes que se meten a jugar. También nos han hackeado nuestra cuenta de facebook e incluso tuvimos gente infiltradas en nuestras reuniones". "Vivimos en un barrio rodeado de fábricas. Para nosotros ese espacio es vital, es un pulmón de oxigenación", concluyó la vecina.