Buenos Aires.- En municipios como Moreno, Luján y Berisso, los concejos deliberantes rechazaron las rendiciones de cuentas. En otros municipios como Lanús y Avellaneda hubo afiebradas negociaciones. Un conflicto que crece.

Ya sin mayorías automáticas en los concejos deliberantes, muchos intendentes oficialistas tuvieron serias dificultades para justificar sus gastos del año pasado, y deberán exponer sus balances ante el Tribunal de Cuentas de la Provincia, donde llegó una parva de denuncias de ediles opositores.

Es que recién en estas semanas las rendiciones de cuentas que todos los años deben hacer los intendentes llegaron a tratarse en la mayoría de los concejos y la suerte de ellos fue dispar, ya que hubo algunos que no lograron que sean aprobadas.

Fue el caso de Moreno, por ejemplo, donde el Concejo Deliberante rechazó la rendición de cuentas del intendente, el kirchnerista Andrés Arregui. Lo más llamativo es que uno de los votos que permitió eso fue el de Mirko García, un sindicalista ligado a Hugo Moyano que armó un bloque aparte.

En Luján, la intendente kirchnerista Graciela Rosso también sufrió su minoría en el Concejo cuando quiso justificar sus gastos de 2009, un año con elecciones anticipadas en el que no hubo dirigente que haya tenido erogaciones imprevistas. Su antecesor Miguel Prince le pasó factura y ahora deberá seguir su alegato en el Tribunal de Cuentas, donde se revisa cada gasto municipal y, llegado el caso, se negocia una salida elegante con los desprolijos.

Ese paso buscan los concejales enfrentados a intendentes oficialistas, quienes por estas horas dirimen su futuro, y no saben si seguirán mucho tiempo levantando la bandera del kirchnerismo. Mucho menos, si lo harán en 2011.

El problema es que todos coinciden en un mismo punto: la recaudación propia con suerte alcanza a cubrir el 30% de sus presupuestos, que debe cubrirse luego con la coparticipación que gira la Provincia y otros aportes especiales que pueda hacer el Gobierno nacional. La dupla Kirchner-Scioli se torna clave. Sobre todo porque, contra lo que se especulaba, los que ya pegaron el salto al PJ díscolo no siempre están dispuestos a hacerles el caldo gordo a los jefes comunales.

Darío Díaz Pérez, intendente de Lanús, lo sabe: necesitó del voto de desempate del presidente del Concejo Deliberante para aprobar la rendición de cuentas. Y hasta último momento esperó que arribe al recinto un concejal que responde a Edgardo Depetri, incondicional de Kirchner. Todo un testimonio de que, por estas horas, los dubitativos pueden recibir presiones de todos los frentes.

En Avellaneda, en tanto, Baldomero "Cacho" Alvarez, ministro de Desarrollo Social pero todavía jefe del distrito, logró que su heredero, el intendente Jorge Ferraresi, tenga aprobadas las cuentas por el Concejo Deliberante. Se lo permitió el acuerdo que sellaron los PJ y los FpV pero, sobre todo, la ayuda del PRO, que lidera Daniel García. Las desatenciones de Macri para con su tropa suelen ser aprovechadas por los dirigentes experimentados.

Los concejales que se opusieron, del Ari, el Gen y Unión Celeste y Blanco, lo hicieron con argumentos llamativos, como que los números presentados por Ferraresi no llegaban siquiera al 50% de los gastos que estuvieron en la vista. O sea, es todo un dibujo.

Lo mismo hicieron saber los escasos pero movedizos concejales opositores de Florencio Varela, quienes directamente fueron al Tribunal de Cuentas a pedir que revise el trámite que le permitió al intendente ultrakirchnerista Julio Pereyra tener aprobados sus gastos en el año electoral. Lo logró en una sesión fuera de agenda y con un expediente que sólo vieron los concejales oficialistas que alcanzan la mayoría.

En Quilmes, la oposición ya abrió el paraguas: pidió por nota al Ejecutivo que adelante un detalle de los números de 2009 antes de llevarlos al recinto, donde estuvo en minoría el 10 de diciembre, pero luego revirtió los votos consiguiendo pasar a sus filas a dos de ellos. Quizá sean fundamentales para no dar demasiadas explicaciones sobre sus últimos balances. Pocos intendentes pueden darlas.

Rechazo en Berisso

En Berisso, el Concejo Deliberante rechazó la rendición de cuentas que impulsó el Ejecutivo comunal, que preside Enrique Slezack.

Ayer, el jefe comunal salió al cruce de la oposición y afirmó que "había cerca de 4 mil expedientes de compras y han hecho cuatro o cinco observaciones que no tienen que ver con denuncias puntuales, sino más bien con enunciados mediáticos sin fundamentos. Esperemos que el Tribunal de Cuentas se expida pronto sobre estas cuestiones, para que los vecinos sepan quiénes están trabajando y gestionando obras históricas para la ciudad y quiénes están detrás de un título mediático".

Desde la UCR objetaron, a través del concejal Jorge Nedela, el plan de readoquinado de la calle Nueva York que era una obra que "contemplaba una inversión inicial de 899 mil pesos y hubo una nueva oferta de la empresa por 2.900.000 para readoquinar 6 cuadras, de las cuales sólo se realizaron 3 cuadras contemplando el pago del primer monto. No hay final de obra definitivo de la obra en cuestión".