Brasil tiene 8.600 obras financiadas con recursos federales que están paralizadas de un total de 21.000 proyectos existentes. El Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) analizó el proceso de gestión de las obras suspendidas y concluyó que el escenario es reflejo de la fragmentación e insuficiente coordinación, planificación, priorización, seguimiento y evaluación.

En su mayoría las obras paralizadas incluyen la construcción y ampliación de escuelas, rutas y hospitales. El sector más afectado es el de la educación básica, con 3.580 obras paralizadas, seguido por infraestructura y movilidad urbana con 1.854 proyectos inconclusos. En el ámbito de la salud, son 318 las obras que están suspendidas. 

El objetivo del TCU es que las obras vuelvan a ponerse en funcionamiento para poder brindar los servicios a los ciudadanos. 

Desde el 2020, el porcentaje de obras paralizadas aumentó de un 29% a un 41%. En el mismo periodo, el número total de obras disminuyó y se registraron 6.119 obras menos. A pesar de que hubo un aumento en la inversión prevista, los recursos invertidos aumentaron de R$75,95 mil millones en 2020 a R$113,65 mil millones en 2023. 

La zona con mayor cantidad de obras paralizadas es Maranhão, con 879, un 48,8% del total de obras ejecutadas. Seguida por Bahía con 870, un 46,9%  del total de obras ejecutadas. Paraíba y Pará son los estados con mayor porcentaje de obras paralizadas 59,1%, aunque es menor la cantidad de proyectos, 406 y 674 respectivamente. 

Por otro lado, el distrito federal  cuenta con 21 obras paralizadas, el menor número entre las distintas unidades federales, y un 9,4% del total de obras en curso. Con 57 obras Roraima es quien lo sigue con menor cantidad de obras paralizadas, aunque el porcentaje aumenta en relación con la cantidad de obras totales, 28,1%.