Incendios forestales: ¿Cómo prevenir desastres naturales?
Diversos ecosistemas son perjudicados por el descontrol que representa la propagación de fuegos originados por errores humanos que, sumado a los factores climáticos, pueden ocasionar desastres naturales.
Un incendio forestal es un fuego de libre propagación que afecta a la vegetación y no está controlado. La mayoría de ellos son producto de errores humanos por desconocer la información necesaria para prevenirlos. Además, los factores climáticos contribuyen a agravar la situación y causando diversos desastres naturales.
Controlar que el viento no arrastre chispas a los árboles y pastizales cercanos.
Como consecuencia de diversos focos activos a lo largo de todo el país, durante 2016 y 2021 se consumieron cinco millones de hectáreas por incendios forestales. En 2022, se registraron 723.765 hectáreas afectadas por el fuego, más del doble de superficie quemada que en 2021 cuando la superficie afectada fue de 326.688 hectáreas.
Si bien hay más riesgo de propagación según la época del año, el incendio también puede suceder en cualquier momento por alguna equivocación humana al hacer un fuego o por no retirar los residuos del lugar.
Las temporadas de incendios forestales, en Argentina, varían según la zona:
- En el sur: de diciembre a marzo.
- En el norte: de mayo a noviembre.
- En provincias como Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco y Buenos Aires: desde octubre a marzo.
- En Córdoba, Catamarca, La Rioja, Mendoza, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán: de mayo a noviembre.
Otro tipo de incendio que se puede destacar es el que se da en las zonas rurales que pueden llegar a generar daños en la vegetación, en la diversidad de especies, en los recursos hídricos y el suelo.
¿Cómo prevenir los incendios forestales?
En primer lugar siempre es recomendable buscar un lugar que esté habilitado para prender fuego. Antes de iniciarlo, se debe delimitar la zona a encender con piedras alrededor para evitar su expansión. Verificar que los fósforos queden apagados después de usados. No dejar basura ni desechos en el lugar que puedan servir como materia combustible.
Apagado
Luego de utilizarlo se debe apagar con agua, arena o tierra y remover para confirmar que a posterior no vuelva a encenderse. Controlar que el viento no arrastre chispas a los árboles y pastizales cercanos. Es importante que el agua sea abundante y también es recomendable rodear la fogata con este elemento y sus alrededores.
Vidrios y cigarrillos
Los restos de vidrios de objetos rotos en contacto con el sol también son causantes de activar el fuego, al igual que los cigarrillos mal apagados. Por lo que es importante retirar los residuos del bosque o de la zona una vez finalizada la visita. Es necesario controlar que el viento no arrastre chispas a los árboles y pastizales cercanos.
Asegurarse de que los restos de la fogata queden fríos.
Época de sequía
No se aconseja encender fuego en épocas de sequía que pueden resultar controvertidas para el ambiente debido a que el clima colabora con la fácil propagación. Asimismo, la ausencia de lluvias complementa la dificultad para apaciguarlo. En caso de ver un incendio forestal, es fundamental informar a los bomberos y autoridades locales de inmediato.
El CONICET realizó un estudio de relación entre el fuego y la sequía durante los años más afectados por estos fenómenos (2009, 2013 y 2020) y se encontraron diferencias estadísticamente significativas, como por ejemplo que los años más afectados por los incendios fueron aquellos bajo condiciones de mayor déficit hídrico.
Asimismo, 55% del país padece la falta de agua en sus suelos, lo que actualmente representa 1,64 millones de kilómetros cuadrados afectados por la problemática, según los últimos informes realizados al 5 de enero de 2023 por el Sistema de Información sobre Sequías para el sur de Sudamérica (SISSA).
Zonas de riesgo
Para quienes viven en una zona con riesgo de incendios forestales se aconseja no apilar troncos, ni ramas cerca de la casa y mantener el pasto corto con una línea de defensa de al menos tres metros de ancho sin vegetación alrededor de la vivienda.
Los techos, canaletas y desagües deben estar libres de hojas y ramas ya que es material inflamable que alimenta el fuego. Para piletas y piscinas es necesario mantenerlas con agua durante todo el año, ya que puede ser utilizada por los bomberos para controlar el avance del fuego.
En caso de contar con tubos de gas o un depósito de gas butano es importante asesorarse sobre las normas de seguridad apropiadas, de igual forma que si hay combustible líquido cerca de la basura, leña o exposición solar. Siempre se debe adherir una cartelera informativa a la vista para informar al respecto.
¿Qué hacer ante cualquier tipo de incendio?
- Mantener la calma y evacuar inmediatamente la zona.
- Cubrirse boca y nariz con un pañuelo para no inhalar humo.
- Acatar las señales de las autoridades.
- De ser posible, buscar un lugar de aguas abiertas te servirá como vía de escape.
- No regresar al área quemada ya que puede reactivarse el fuego sin previo aviso.
- Alejarse de inmediato de posibles incendios forestales.
- Mantenerse informado y respecta las indicaciones.
- Si la situación es incontrolable, acostate en el suelo y respirá por medio de una prenda mojada, no trates de huir atravesando caminos afectados con peligro de derrumbes.
Primera persona
Eliel Kuhn, combatiente del cuartel de bomberos del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales (SPLIF) de la provincia de Río Negro, garantiza que la mejor manera para prevenir una catástrofe es realizar un fuego controlado. Este método se utiliza solamente en lugares habilitados que no tengan continuidad de combustible cerca, para que no ocasionen desastres naturales y daños irreparables al ecosistema.
Hacer fuego solo en los lugares habilitados.
"Cuando un incendio forestal atraviesa una vegetación la incinera completamente hasta eliminar toda su materia orgánica y dejar un residuo compuesto por sales minerales denominado cenizas", amplió Kuhn en comunicación con El Auditor.info. Las cenizas no afectan solamente a las plantas sino que perjudica a quienes habitan en ese entorno.
Asimismo, el combatiente forestal comentó que cuando un incendio avanza rapidamente en un sector donde hay material inflamable, como sucede con las hojas secas de los árboles en verano, se puede propagar de forma descontrolada.
“Es importante prevenir los incendios forestales antes de que se expandan porque si se llega a la interfase, áreas urbanas y rurales en donde se mezcla la vegetación con las personas, el fuego puede arrasar hasta con las casas, causando daños irreparables”, informó Kuhn.
Propagación
Los mecanismos de propagación del calor más frecuentes son la radiación, la convección, el precalentamiento y la conducción.
La radiación, a través del espacio por ondas, contagia energía calentando los cuerpos sólidos y líquidos, pasando por el aire sin modificar su temperatura. En los incendios forestales la radiación está ligada directamente a la longitud de las llamas.
En la convección, el calor es transportado por las columnas de aire caliente que ascienden según la densidad de la temperatura de la zona cercana al incendio. Como el aire provee el oxígeno para la combustión, se pueden originar nuevos focos activos.
El precalentamiento sucede cuando las llamas aumentan la temperatura de los combustibles cercanos y el material rodante es encendido, a diferencia de la conducción que transmite el calor por moléculas de los cuerpos sin que las áreas se desplacen.
La conducción es el método que más se presenta en los incendios forestales dado a que el calor se propaga en materiales ubicados por debajo de la superficie terreste como: raíces, troncos y materiales orgánicos.
Vale destacar que las partículas son fragmentos de combustibles encendidos que, impulsados por el viento, salen del lugar del incendio generando chispas. El calor también se puede transmitir por medio de materiales como las piedras.
Control
La Auditoría General de la Nación relevó al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible sobre el período de 2016 al 2021 y su desempeño para articular una estrategia que prevenga y combata los incendios.
Ausencia de un Plan de Manejo del Fuego, inexistencias de programas de prevención y subejecución presupuestaria fueron algunos de los problemas identificados por la AGN.
En el documento, la AGN detectó que la Ley de Manejo del fuego presentó deficiencias gracias a su falta de reglamentación, a pesar de tener ya 10 años de vigencia. La falta de elaboración de un Plan Nacional del Manejo del Fuego fue uno de los puntos en cuestión ya que el sector lo logró incorporar en diciembre de 2021. No hubo evidencias de que existan programas que conformen el Plan y apoye el combate, la evaluación del peligro o alerta temprano para prevenirlos.
En los cinco años de análisis, la AGN advirtió la falta de articulación de políticas preventivas o de colaboración entre el Sistema Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) y las jurisdicciones provinciales en el ámbito del Consejo Federal del Medio Ambiente (Cofema). Así también evidenció la “falta de un programa de competencias laborales y de formación continua”.
En el aspecto económico, el organismo de control destacó la subejecución presupuestaria en esos años, siendo dos identificados como los causantes de las mayores superficies incendiadas. Se pudo identificar también, una escasa dotación de bomberos en todo el territorio.
El equipo de auditoría no obtuvo los planes regionales de manejo del fuego de las coordinaciones regionales Noa, Nea, Centro y Patagonia para evitar incendios forestales. Al finalizar el trabajo de campo, la AGN descubrió que la región Norte ni siquiera contaba con un coordinador regional asignado.