El comité organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 llevó a cabo el "Proyecto Medalla Tokio 2020" para recolectar pequeños dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles usados en todo Japón para producir las medallas olímpicas.

Las casi 5.000 preseas de oro, plata y bronce con las que se premia a los atletas en la cita olímpica durante los 16 días que dura la competencia están hechas enteramente de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). 

Por primera vez en la historia hubo participación ciudadana en la creación de las medallas: el 90% de los municipios, ciudades y pueblos nipones colaboraron en la recolección de los aparatos que fueron reutilizados. 

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El Comité Olímpico Internacional (COI) informó que el programa surgió hace dos años y permitió reunir casi 80 mil toneladas de descarte, entre ellas más de 6 millones de celulares. De allí se recuperó, aproximadamente, 32 kilogramos de oro, 3.500 de plata y, por último, 2.200 de bronce. 

Por otro lado, la comisión organizadora anunció que las cintas que sostienen las medallas están hechas de fibras de poliéster recicladas, la importancia radica en su proceso de fabricación que generó un menor impacto en el ambiente. 

Todos los deportistas que reciben una medalla se suben a podios hechos de plásticos recuperados. Esto se logró porque los ciudadanos japoneses han recogido más de 24 toneladas de residuos plásticos durante nueve meses. El proceso de reutilización de las botellas y otros elementos se llevó a cabo en más de dos mil puntos en toda la isla asiática. 

La antorcha olímpica y las camas ecológicas

En esta sintonía sustentable, la antorcha olímpica también se modificó de manera sostenible. Por primera vez se utilizó hidrógeno para mantenerla encendida durante su recorrido, este elemento no emite dióxido de carbono cuando se quema. Por otro lado, aproximadamente el 30% de la insignia olímpica está hecha con aluminio reciclado utilizado en los refugios de los damnificados del gran terremoto y tsunami sufridos por la isla en marzo de 2011. 

Se construyeron 26 mil camas distribuidas en toda Villa Olímpica para el descanso de los atletas. La fabricación se llevó a cabo con cartón reciclado, sin embargo -según fuentes oficiales- son capaces de soportar hasta 200 kilos. Una vez finalizada la competición se transformarán en productos de papelería destinadas a instituciones académicas. 

Sobre el futuro, se espera que el "Proyecto Medalla Tokio 2020" siente un precedente de cara a los Juegos Olímpicos en París 2024 en busca de una competición más sostenible y sustentable