Un debate para pensar la hostilidad digital y el Derecho al Olvido
Se realizó en el Anexo de la Cámara de Diputados, organizado por la diputada Karina Banfi. Participaron especialistas, quienes expusieron sus puntos de vista, hablaron de cómo enfrentarse a los estereotipos que se crean y los riesgos que pueden representar las redes sociales.
Hostilidad Digital y Derecho al Olvido fueron los ejes de una charla organizada por la diputada nacional Karina Banfi y de la que participaron los especialistas Claudio Presman, titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), Belén Igarzabal, directora del área de Comunicación y Cultura de Flacso Argentina; Nicolás Ibáñez, director de Innovación de Faro Digital; y Johanna Caterina Faliero, especialista en Derecho Informático, Protección, Seguridad, Privacidad y Gobernanza de Datos de la Universidad de Palermo.
Con una dinámica ágil, en la cual Banfi ofició de moderadora, se debatió la problemática y algunos se animaron a sugerir soluciones posibles. “Cuando hablamos del derecho a la privacidad y a la libertad de expresión debemos mantener presente el hecho de que ningún derecho individual revista carácter absoluto. En nuestro sistema jurídico se prohíbe el abuso del derecho”, planteó Faliero, y completó: “Los medios digitales son el ámbito propicio para que las fronteras entre ellos se diluyan y los otros riesgos se incrementen exponencialmente”.
También alertó sobre el uso de determinados recursos, como el Derecho al Olvido. “Puede consumir nuestra historia cuando los datos se originan 100% digitalmente. Hasta ahora, operó en medios mixtos, donde hay soporte papel para sostener el hecho histórico que estamos olvidando digitalmente”, advirtió.
A su turno, Igarzábal hizo referencia a la creación y ratificación de ciertos estereotipos. “Antes, cuando los medios eran pocos y unidireccionales, era más fácil sancionar donde se reforzaba discriminación y estereotipos bien claros. Lo que hoy cuestionamos son los que dividen lo que es ser varón y mujer y lo que se espera del rol de cada uno. Con una penetración de celulares de más del 100%, las redes sociales y una conexión constante es más difícil ir tras esos estereotipos”, indicó.
“Son cada vez más sutiles –agregó-. La discriminación o el discurso del odio bien burdo son más fáciles de detectar que las sutilezas o comunicaciones más invisibles”. Frente a eso, destacó que la herramienta principal para combatirlos es la “capacitación y la difusión de estas prácticas”.
Ibáñez, por su parte, analizó el rol de las redes sociales a la hora de consolidar estereotipos. “Hoy, marcan el camino de cómo hay que ser. Vemos una cultura de felicidad absoluta y gente exitosa, nunca vemos vulnerabilidad en las redes. Desde Faro Digital, trabajamos la construcción de la autoestima y la educación emocional. Por ahí aparecen las claves para fortalecer un tejido social que está dañado y fragmentado. Hay que anticiparse a la generación de daño”, remarcó.
“El discurso de odio va dirigido a grupos históricamente vulnerados. Hoy, hay mucho más de lo que la ley dice. La norma es de 1988 y, para ese momento, fue una ley de avanzada del Gobierno de Alfonsín”, aseguró Presman.
“Los medios digitales son el ámbito propicio para que los riesgos se incrementen exponencialmente", afirmó Johanna Faliero.
Puso como ejemplo el caso de una página de Internet que hacía una especie de juego entre los chicos. Ponían el nombre y la situación de uno y el resto ingresaba a hacerle bullying. “Terminó con una chiquita de 15 años que se suicidó en La Plata. Hicimos la denuncia en la Justicia Federal y logramos que se cerrara la página. No nos importa el vehículo con que se daña, sino el daño que se produce” concluyo el titular del INADI.
El cierre estuvo a cargo de Banfi, quien apeló a una frase del Relator de la Comisión de Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, al buscarle una respuesta a qué se debería hacer con el discurso del odio.
“Plantea algo interesante: dice que al discurso del odio hay que refutarlo y no silenciarlo. Lo más importante es la justicia de los argumentos. Darle a eso más y mejor discurso, no menos”, afirmó la diputada.