El estado de la mayoría de los hospitales porteños, indican los sucesivos informes de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA), no es bueno. De las observaciones realizadas por el organismo de control, rara vez algún responsable de Salud en el Ejecutivo porteño toma cartas en el asunto para corregirlas.

“Más allá de los informes de seguimiento de auditorías, que hacemos para corroborar si hubo cambios a partir de nuestras observaciones, también recorrí hospitales y vi que muchas veces no se había tomado nota de los insumos que genera la Auditoría”, afirmó Mariela Coletta a Elauditor.info. Por ejemplo, en el Hospital Argerich, se había observado la falta de personal; y cuando los auditores se hicieron presentes, uno de los principales problemas que los profesionales les mencionaron fue que seguía faltando gente para el correcto funcionamiento del centro de salud.

Así se encuentra el espacio abierto que existe entre los distintos pabellones del hospital Tornú.
Así se encuentra el espacio abierto que existe entre los distintos pabellones del hospital Tornú.

Pero esa no fue la única observación que realizó el organismo de control sobre el centro de salud ubicado en el barrio de La Boca. Un informe había destacado que vierten sustancias químicas en la red cloacal; en otro, se destacaba también que la Guardia no tiene un lugar específico para la atención de pacientes adictos; y un tercero, hacía mención a la situación de las parturientas. Allí, se documentó que  las salas de parto eran insuficientes, no se respetaba la privacidad de los pacientes, ni se les cumplía el derecho a estar acompañados durante la internación. A eso, había que sumarle el mal estado en que se encontraban las camas. 

La situación no es diferente en el Piñero. “Una de las cosas que recuerdo bien es una salida de emergencia que llevaba a la nada: una puerta que daba a una ventana de un piso en altura. La falta de salidas de emergencias también las habíamos advertido en un informe”, resalta Coletta. El trabajo al que hace referencia la auditora, relata también la existencia de una sala de terapia intensiva con rajaduras en la mampostería y falta de pintura.

En 2010, un informe de la AGCBA marcaba que en el hospital Tornú faltaban quirófanos, equipos, fármacos, estufas y que habían cerrado la residencia. Coletta recorrió recientemente el centro de salud porteño y relató:  “Ahora, la mayor dificultad que nos contaron, además de la falta de personal, fue que varios pabellones no contaban con el servicio de agua corriente por un problema en los caños”.

Coletta se reunió con profesionales del Instituto de Rehabilitación Psicofísica (IREP).
Coletta se reunió con profesionales del Instituto de Rehabilitación Psicofísica (IREP).

Por la forma de trabajo de la Auditoría, no siempre se controla la gestión completa de un hospital, pero sí, se va barriendo por áreas. “Por ejemplo, auditamos los servicios de oncología y odontología, entre otros, y así obtenemos informes con datos muy precisos sobre algunas áreas y luego, al recorrerlas tiempo después, podemos ver cómo siguen”, aseguró.

Según Coletta, hay un punto que atraviesa casi todos los informes de Salud y que escuchan cada vez que se acercan a hablar con los trabajadores y las autoridades: “Uno de los reclamos más frecuentes en los hospitales es la falta de personal”.

Pero la escasez de recursos humanos no es la única problemática: “Otro de los temas que más se repite es la seguridad en las guardias. En un informe advertimos las situaciones de agresión y violencia a las que se exponen muchos profesionales, pero sigue siendo uno de los principales reclamos”, concluyó.