En 2016, la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) había dado cuenta de falencias en la planificación y ejecución de obras en escuelas públicas. El informe aprobado hablaba de plazos que no se cumplieron, trabajos inconclusos y otros que no se adecúan a las necesidades de los establecimientos educativos.

Si bien para la realización de aquel relevamiento sólo se contemplaron 10 casos sobre un total de 144, la realidad vuelve a mostrar desajustes en materia de política educativa. En este caso, aparece en el tapete un colegio ubicado en Almagro.

Hubo movilizaciones de toda la comunidad educativa en rechazo a la mudanza que propone el Gobierno.
Hubo movilizaciones de toda la comunidad educativa en rechazo a la mudanza que propone el Gobierno.

A fines de noviembre, la decisión del Gobierno porteño sacudió a la comunidad educativa de la Escuela de Cerámica N° 1. Los motivos que causaron este malestar son de forma y de fondo. En principio, la determinación apunta a mudar a los alumnos del establecimiento desde Bulnes 45 a Juan Bautista Alberdi al 4100. Entre ambas direcciones hay 70 cuadras de distancia.   

La cuestión de forma apunta a que los directivos se enteraron a través de un mail que recibieron a fines de noviembre. Desde entonces, comenzaron una batalla judicial que, a la fecha, los deja a salvo de la mudanza. Pero la última palabra no está dicha.

“Nosotros habíamos iniciado reclamos. Toda la comunidad educativa había pedido la ampliación del edificio porque debido a la implementación de la Nueva Escuela Secundaria (NES), año a año se agregó carga horaria y faltan aulas”, explicó a elauditor.info Romina Vázquez, profesora de Lengua y Literatura.

¿Qué pidieron? “Solicitamos un anexo. Presentamos una propuesta para que se compre un terreno lindero que está desocupado hace mucho. En ese sentido, se presentó en la Legislatura un proyecto de ley que iba a ser tratado el mismo día que se aprobó la creación de la Unicaba. Había programada una sesión previa, pero el oficialismo no dio quórum”, contó la docente.

En la fachada del edificio se pueden leer carteles con la postura de alumnos, padres y docentes.
En la fachada del edificio se pueden leer carteles con la postura de alumnos, padres y docentes.

En Bulnes 45 funcionan dos modalidades: bachiller, para adolescentes, durante la mañana y la tarde; y técnica y auxiliar, para adultos, en tres turnos. La intención del Gobierno porteño sólo es mudar a los jóvenes, pero hay profesores que dan clases también a los adultos. “¿Cómo haría ese docente para trasladarse 70 cuadras en diez minutos que dura un recreo?”, se preguntó Vázquez.  

El edificio de Alberdi al 4100 estaba pensado para la escuela de enseñanza artística Rogelio Yrurtia, cuya comunidad reclama un edificio desde hace 10 años. Según la profesora de la 1, “fue proyectado para las necesidades de ellos”.  Así, consideró que no hay lugar para ambos colegios. “Le pusieron como nombre Polo de las Artes y nos quieren llevar a los dos”, agregó.

En la Escuela de Cerámica, se da examen de ingreso de modelado y dibujo. Los alumnos se inscribieron y rindieron en septiembre. Tras las evaluaciones, los padres de quienes ingresaron presentaron la documentación y una o dos semanas después se enteraron por email que sus hijos no estudiarían allí, sino en el barrio de Vélez Sarsfield.

De todas formas, con la medida cautelar vigente, está previsto que las clases inicien el 6 de marzo, la semana próxima, según lo establece la agenda educativa. Lo harán, de no mediar nuevos capítulos judicial, en Bulnes 45.