Publicado en el suplemento

Acciones para la Participación Ciudadana, en Diario Perfil

La democracia no se declama, se practica. Claro está, para eso es necesario que la gente conozca sus derechos, obligaciones y responsabilidades. En tren de brindar una educación electoral, juega su rol Sumando, una Organización de la Sociedad Civil (OSC) que tiene como misión “promover la toma de conciencia sobre la participación ciudadana responsable de los distintos actores sociales e institucionales como estrategia para la construcción de una sociedad democrática, justa, equitativa e inclusiva”.

Acciones dialogó con Verónica del Carril, directora Ejecutiva de la organización, quien habló sobre las tareas que desarrollan a través de los diferentes programas.

- ¿Con qué objetivo nació Sumando?

Nació en el contexto de 2001, por iniciativa de jóvenes movilizados por la situación de desafección ciudadana en Argentina. Fueron adolescentes que querían generar espacios de debate y encuentro entre juventudes. Crearon un juego de roles que se llama “Demos, construyendo ciudadanía responsable” y lo empezaron a llevar a sus escuelas secundarias. El juego sigue existiendo, es uno de los programas faro de la Organización. Promueve la estimulación, chicos y chicas tienen que actuar y debatir, por ejemplo, la ley de presupuesto nacional. Se discuten visiones de país, hacia dónde quieren llevarlo.

Nace, en resumen, para brindar estrategias creativas y alternativas para promover participación ciudadana y reconocimiento de derechos.

- ¿Con chicos de qué edades trabajan?

Tenemos tres ejes poblacionales. En barrios y villas de la Ciudad de Buenos Aires, trabajamos con chicos de 5, 6 y 7 años.

Con adolescentes y jóvenes, de 15, 16, 17 y 18 años, encaramos nuestra tarea en escuelas secundarias. Mientras que, con adultos de 30 a 40 años, también nos juntamos en las villas.

Con los niños abordamos el reconocimiento de derechos. Con los jóvenes, las herramientas ciudadanas y cívicas. Por su parte, con los adultos encaramos el derecho a la ciudad, tratamos de que se apropien de las obras públicas que se realizan donde viven.

- ¿Cuáles son las inquietudes de chicos y jóvenes?

Las inquietudes generales son desde las más básicas como no saber qué votan o para qué, así como el descreimiento en las elecciones y en la figura del político. Plantean que no saben nada de política y, por ende, no tendrían opinión. No hay discernimiento entre la política y lo político. A nivel elecciones, los chicos repiten mucho lo que dicen sus padres. Las relaciones con lo político son muy distintas según cada chico y cada escuela.

En el desarrollo de proyectos, muchas veces, se encuentran con que aprenden cosas que luego no se aplican en el ámbito escolar. Entonces, el razonamiento es: “Me enseñan sobre democracia, pero dentro de la escuela no la hay”.

- ¿El voto es una de las acciones de participación ciudadana más importantes de la democracia?

Estamos completamente alineados con eso. Estuvimos a favor de la ley de 2013 de voto joven, participamos del debate con una postura a favor. Creemos que viene acompañada de la responsabilidad del Estado de dar más herramientas ciudadanas. El derecho al voto es antes de la elección, durante y después.

- ¿Por qué es tan importante la conciencia sobre la importancia del voto en un país donde es obligatorio?

No se llega a las urnas de la misma manera y con la misma calidad de reflexión. ¿Cuántas plataformas electorales leímos antes de las PASO? ¿Cuánto valor le dimos a los argumentos? ¿O nos dejamos llevar por lo que votaban alrededor nuestro o por slogans de campaña? La calidad de la decisión de votar debería venir acompañada de herramientas más críticas, más profundas, exigir debates públicos, plataformas abiertas. No es tanto un tema de alcance del voto, sino de profundidad.

- Existe la idea de que hay un consenso democrático amplio en Argentina. ¿Los jóvenes también valoran la democracia?

Siempre llevamos el mensaje de la importancia de la deliberación y de que no podemos estar todos de acuerdo, pero debemos encontrar el código para argumentar. Si no hay consenso, respetar la diversidad. En Latinobarómetro (un estudio de opinión pública que registra la postura de las personas respecto de si creen en la democracia a nivel regional), la tendencia asegura que no es el mejor sistema para gobernar la sociedad. En Argentina, hay apego a la democracia y la representatividad. No se discute no tener democracia, sino la insatisfacción y cómo mejorarla y hacerla más directa. Por ahora, el acto del voto es una acción feliz. La pregunta es si los resultados de un sistema democrático están a la altura de las expectativas de la gente. El tema es qué hacer cuando no coinciden.