En 2013, el Tribunal de Cuentas de La Pampa comenzó iniciativas para visibilizar el compromiso institucional y social del organismo mediante acciones vinculadas a la responsabilidad social, tanto en el ámbito laboral como en la comunidad. Así surgió el Comité de Responsabilidad Social, con el objetivo de integrar funciones y procedimientos que le den continuidad, regularidad y mayor envergadura a los proyectos.

El comité se encarga de proponer programas o acciones de Responsabilidad Social, gestionar la puesta en marcha de los programas, realizar el seguimiento y debido cumplimiento de los objetivos y coordinar acciones con instituciones y organismos estatales. El área lo preside una asistente social y su equipo de trabajo se conforma con empleadas y empleados de distintos sectores que se incorporan en forma voluntaria. Todos desarrollan acciones en forma paralela a las actividades de control que son competencia del organismo. 

“La Responsabilidad Social genera siempre una transformación positiva tanto dentro como fuera del ámbito laboral. Las acciones que se desarrollan sensibilizan en distintos temas, previenen en muchos casos y también mejoran la comunicación o el diálogo entre el personal”, aseguró la presidenta del Tribunal de Cuentas de La Pampa, María Alejandra Mac Allister, en diálogo con El Auditor.info. 

"“Para todos los que formamos parte del organismo es importante que se trascienda lo individual y se piense en lo colectivo”.

En ese sentido, la titular del organismo explicó que el grado de aceptación del personal en torno a la función del Comité no solo se visualiza a través de la participación, sino también porque se pueden cuantificar y clasificar las respuestas que se obtienen en las encuestas de satisfacción. “El compromiso del personal queda de manifiesto toda vez que se presentan nuevas sugerencias para incorporar a la planificación siguiente y una muestra de eso es la multiplicidad de acciones desarrolladas durante cada año”, agregó Mac Allister. 

La organización de las acciones del Comité se plantea en tres ejes: desarrollo humano, desarrollo institucional y desarrollo ambiental. Varias acciones se realizaron el año pasado bajo esos lineamientos. Se colocó un banco rojo para sensibilizar sobre femicidios, se realizó una donación de sangre voluntaria, se organizaron charlas sobre investigación de aguas subterráneas y su cuidado, se implementaron colectas de las telas para ser entregadas a “luchadoras de la vida” y también existen actividades permanentes, como el desayuno saludable dos veces al mes para todos los empleados; el espacio de lactancia; la capacitación sobre la Ley Micaela y una guía de buenos tratos a personas con discapacidad; charlas sobre hábitos saludables, laborales y de motivación. 

“Para todos los que formamos parte del organismo es importante que se trascienda lo individual y se piense en lo colectivo”, destacó Mas Allister y concluyó: “El Tribunal de Cuentas ha entendido que, además de realizar el control externo acorde a las competencias establecidas, es importante que el personal afiance vínculos laborales para una tarea de equipo y que se trascienda la organización y se genere un vínculo con la comunidad”.