La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó su Panorama Laboral 2022, un documento que da cuenta de cómo le fue a la región en materia de trabajo. Según el organismo, el mercado de 2023 será “altamente complejo y cargado de incertidumbre" a causa de una conjunción de múltiples crisis lo que demanda de la creación de empleo formal. 

Si bien durante el tercer trimestre de 2022 la desocupación regional cayó al 7,2%, cifra significativamente menor al mismo período de 2019, antes de la crisis generada por el Covid 19 que llevó esa tasa al 8%. En el informe se explica que ésto fue resultado de la creación de empleo a niveles de prepandemia.

La crisis laboral de los últimos años no afectó igual en toda la población y pese a que las mejoras se encuentran mayormente en las mujeres y en los jóvenes, los dos grupos más castigados en tiempos de pandemia, para la OIT esto no significa que las brechas estructurales por género y por edad no siguen presentes en los mercados laborales.

Más allá del crecimiento, el informe advierte que “este año esos progresos podrían estancarse” a causa del “escaso dinamismo de la economía pronosticado para 2023”, lo que afectaría negativamente la generación de nuevos empleos.

Solo en 10 de 15 países la tasa de desocupación bajó en el tercer trimestre de 2022.

En el análisis pormenorizado del informe se destaca que solo en 10 de 15 países la tasa de desocupación bajó en el tercer trimestre de 2022. Todavía siguen rezagados Chile, Costa Rica, Paraguay, Perú y Trinidad y Tobago. Por otro lado, Argentina y Bolivia son los únicos dos que lograron que se incremente la tasa de participación (del 59 al 60% y del 69 al 73% respectivamente).

La recuperación laboral fue traccionada por el aumento de las ocupaciones informales, las cuales representaron entre el 40 y 80% de los empleos generados. “Aunque en los últimos meses esta tendencia se atenuó a favor de empleos formales, la tasa de informalidad regional ya llegó a 50 por ciento como era antes de la pandemia, aunque en algunos países es mucho mayor”, indica el trabajo.

Por último, el informe advierte que los ingresos reales de personas trabajadoras en la región están siendo afectados por una tasa de inflación regional que se habría ubicado por encima del 8% en 2022 y que causó una pérdida del poder adquisitivo de los salarios medios y los salarios mínimos.

La OIT plantea que también se requiere de políticas para ofrecer garantías de ingresos a quienes están más afectados por la pérdida del poder adquisitivo, “en lo posible en vinculación con políticas activas para acceder al mercado laboral” y destaca que los mecanismos de negociación salarial “surgen como una necesidad imperiosa en un contexto de alta inflación”.