El rayo abre la oscuridad y la parte. Otra luz enceguece y en lo claro nada se ve.

El ruido, en el silencio, alerta. El silencio, en el ruido, es la ostra gestando la perla.

Las gotas se repiten y dejan puntos efímeros en la superficie.

El faro, en la noche, se delata.

Tu falta es el vértigo del alma a tientas, el roce del filo en el cuerpo sin piel.

Tu presencia es la gran explosión del origen, el vientre primario, el color que aún no vimos.

Tu ausencia se toca, se mira, se hunde, se escucha, no me gusta.