¿Vivís en la Provincia de Buenos Aires y a diario padecés la congestión en los accesos a la Capital Federal? La Auditoría General de la Nación (AGN) observó que “las principales obras de infraestructura para aumentar la capacidad de los accesos no fueron realizadas”. Esta situación genera problemas de tránsito y deterioros importantes en algunos tramos.

Según manifestó el organismo de control, “el contrato de concesión establece que cuando el volumen del tránsito superara determinados niveles, deben generarse nuevos carriles”. Se ve que no sirvió de mucho el informe de tránsito del Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) que señalaba que “en varios tramos ese límite había sido superado”. Se trata de cuatro de los accesos a la Ciudad: Acceso Norte, Acceso Oeste, Autopista Ricchieri - Ezeiza - Cañuelas y Autopista Buenos Aires - La Plata. Queda exceptuada la Autopista Presidente Perón, que al no estar concesionada quedo fuera del análisis de la Auditoría.

A la AGN no le fue nada fácil recabar la información sobre los trabajos que se hicieron en las autopistas porque "no existe un plan de obras en ninguno de los cuatro accesos concesionados". 

En su análisis, la Auditoría detectó que para “los controles sobre el estado de la calzada usaban parámetros deficientes y no se hacían cada seis meses, tal como estaba pactado, sino cada un año”.

Pese a las irregularidades detectadas, el Ente de control vial “no labró las actas  de constatación ante el incumplimiento en la ejecución de obras” ¿Qué son esas actas? Son documentos que certifican algún incumplimiento o deficiencia a partir de los cuales se pueden generar sanciones. También se observó una considerable demora en las sanciones que van de un año y ocho meses hasta los cinco años.

El organismo de control también evaluó el servicio que se le da al usuario y no fueron pocas las falencias halladas. Entre ellas, “la reiterada presencia de animales sueltos en la Autopista Buenos Aires - La Plata sin que se implementen medidas para minimizar el riesgo”. El informe, aprobado este año, destaca la presencia de vacas, caballos y perros en los kilómetros 51 a 51.5 y 23.5 al 24 en sentido ascendente y en los kilómetros 23.5 a 24.5, 28, 39 y del 52 al 52.5. Lo más grave es que “pese a que están identificadas las zonas, no hay personal de seguridad que evite la presencia de los animales”. A ello se suma que “ante el reclamo de usuarios y víctimas de accidentes con ellos, los concesionarios responden que no son responsables de los hechos o que son situaciones fortuitas”. La Auditoría remarca que “el OCCOVI no adoptó medidas frente a esta actitud de las empresas de desalentar las quejas”.

La AGN también manifestó que “hay un promedio de 27 quejas por mes por acceso por “daños ocasionados con objetos que impactan en los vehículos y los obliga a detenerse, con el riesgo que implica”.  Encontró además “que en algunas estaciones de peajes “los extintores de incendio tenían la carga vencida, si es que la tenían” y que en otras, “el estado de los baños públicos era insuficiente porque los sanitarios estaban deteriorados y había poca higiene”.

Desde el 2003 se comenzó un proceso de "discusión y edecuación de los contratos" que duró entre cuatro y ocho años. Entre los resultados, la AGN observó "ajustes tarifarios; reprogramación, eliminación y postergación de obras", entre otras cuestones. Además, se reabriría una Intancia de Revisión entre el Estado y las consecionarias. Como ese momento nunca se concretó, "el proceso de renegociación, a la fecha de cierre de la auditoría, no estaba cerrado".

Quién es quién

El informe de la Auditoría nacional evaluó el cumplimiento de los contratos de las concesionarias de las redes de acceso a la Ciudad de Buenos Aires, que son cinco: Acceso Norte, a cargo de Autopistas del Sol; Acceso Oeste,  del Grupo Concesionario del Oeste; el Acceso Ricchieri – Ezeiza – Cañuelas, en manos de Autopistas del Sur, la Autopista Buenos Aires – La Plata, a cargo de la Concesionaria Vial Argentino Española y La Autopista Presidente Perón, sin concesión.

Autopista Buenos Aires - La Plata

Este acceso merece párrafo aparte. No solo la autopista en sí, sino la deuda que su concesionario tiene con el Estado nacional. Desde 1984 que COVIARES SA tiene a su cargo esa autopista. En 10 años, acumuló una deuda de $155,5 millones en concepto de reintegros reintegrables. Ocho años después, y tras varias renegociaciones, el Defensor del Pueblo se hizo eco de un estudio del OCCOVI y manifestó que “la deuda total es de $ 400 millones”. La AGN informó que “a enero de 2012, COVIARES no cumplió con el primer vencimiento de la deuda”. Además, para esa fecha ya “había ascendido a $ 770 millones.
Para octubre del año pasado, la Dirección Nacional de Vialidad decide, de manera conjunta con el Ministerio de Infraestructura bonaerense,  “intervenir administrativamente el contrato de concesión y designar, en consecuencia, un interventor”. De hecho, a partir del jueves pasado, la autopista está a cargo de la empresa Autopistas de Buenos Aires SA (Ausaba), cuyo capital es casi en su totalidad estatal.


Avenida General Paz

En 2008 se aprobó el plan de obras para la ampliación de este acceso. Se iba a financiar a través de un adicional tarifario. Este dinero extra que ingresaba “no sería un ingreso para la concesionaria, sino que ésta actuaría como simple recaudadora”. Sin embargo, la ampliación en la General Paz nunca se realizaron ni los trabajos ni el incremento del precio del peaje.

La Dirección Nacional de vialidad aprobó en agosto de 2012 un nuevo convenio para la ejecución de obras de ampliación en esa avenida con un nuevo cuadro tarifario para ello.