Un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) señala que “si bien, paulatinamente, se incluyen reformas en la infraestructura de las estaciones de las líneas del subterráneo, estas obras distan en gran medida de tornar al sistema accesible en su conjunto”, y agrega que “más aún cuando estas adaptaciones se realizan en una línea en particular sin intervenir en las combinaciones”.

El organismo de control dice que “la Red de Subterráneos no cuenta con la infraestructura necesaria para que las personas con movilidad reducida puedan hacer uso de ella en forma autónoma e integral”.

La AGN analizó, por un lado, la accesibilidad de los usuarios a las estaciones, es decir, el estado de escaleras y ascensores. Y, por el otro, las facilidades de ingreso a los vagones. En ese sentido, el informe, aprobado este año sobre datos de junio de 2008 a marzo de 2009, indica que “el mayor obstáculo” radica en “la separación existente entre el piso del rodado y el andén, con diferencias de niveles que superan en gran cantidad de estaciones los cinco centímetros”.

De un relevamiento realizado por la Auditoría en 65 de las 76 estaciones de todas la líneas, surge que la C y la E son “inaccesibles” en su totalidad porque, entre otras cosas, “no poseen medios adecuados para el acceso de personas con movilidad reducida a la zona de boleterías y a los andenes respectivos, no cuentan con apoyos isquiáticos, solados de prevención en circulaciones y los accesos desde la vía pública se realizan a través de escaleras fijas de varios tramos”.

En tanto, en la línea H, que cuenta con el 100% de sus estaciones accesibles, se constató que “al momento de la verificación, los distintos dispositivos instalados se encontraban fuera de servicio, lo cual torna a las estaciones en inaccesibles temporalmente”.

La AGN afirma que de las 16 estaciones que tiene la línea A, tres son accesibles (Acoyte, Púan y Carabobo), y Miserere cuenta con “un baño para discapacitados, pero  ubicado en una zona de imposible acceso”. Asimismo, la línea B tiene sólo dos estaciones adaptadas.

Según el informe, la línea D “es la que mayor cantidad de estaciones accesibles tiene (siete)”, pero también presenta “más problemas de mantenimiento”, por falta de cuidado de la escalera mecánica y ascensores fuera de servicio, entre otros.

Cabe señalar que los auditores han considerado como “accesible” a aquellos lugares que tengan los medios para procurar, no sólo “la circulación autónoma” sino que también brinden “seguridad ante eventuales evacuaciones o situaciones de riesgo”.

Finalmente el informe sostiene que el sistema subterráneo “gradualmente va en miras de adecuarse, pero en la actualidad continúa sin ser accesible”.