El Plan “Agua + Trabajo” tiene como objetivo el suministro de agua potable en sectores de bajos recursos del conurbano bonaerense. Por su parte, el “Cloaca + Trabajo” busca realizar obras de extensión de los desagües cloacales. Ambos usan mano de obra “poco calificada” y se enmarcan en el Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA). Sin embargo, del análisis que realizó la Auditoría General de la Nación para el año 2013, se desprenden irregularidades en los trabajos, por ejemplo, importantes “diferencias entre los avances físicos y los financieros de las obras”.

Estos programas son llevados adelante por Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA), con financiamiento de ACUMAR.  La modalidad utilizada era que AySA firmara un convenio con el Municipio para que construya las obras y a su vez capacitara a quienes iban a desarrollar esos trabajos. A su vez, quienes trabajarandebían constituirse en cooperativas registradas en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social. 

AySA envía el dinero a los municipios para solventar las obras y es la encargada de inspeccionarlas y de realizar las auditorías técnico contables a los municipios. Estos últimos son los que “les pagan a las cooperativas en función del avance de las obras”.

Hay casos en los que “se ejecutó el 100% del dinero pero los trabajos están completos en un 82%”, como es una obra en La Matanza que pretendía vincular acueductos.

Otros en los que el trabajo está finalizado pero “los avances económicos superan ampliamente al valor estipulado”. Ocho son las obras que entran en este caso. Una de las más destacadas es en Lanús con el avance económico del 237% del Plan Agua + Trabajo o la realizada en la localidad de Ezeiza con el gasto del 203% del presupuesto.

En el partido de Esteban Echeverría “había dos obras a licitar pero ya registraban avance económico”. En Lomas de Zamora, los trabajos para una Estación de Bombeo Cloacal “fueron rescindidas con un avance económico del 21% pero un correlato físico casi nulo del 5%”.

En cuanto a los plazos de ejecución la Auditoría encontró “significativas” demoras. En la Estación de Bombeo Cloacal de Luis Guillón “los tiempos se extendieron de 240 días a 853”. En el municipio de Berazategui, por ejemplo, “de los 730 días que tenían para realizar las obras se pasó a 1668”. En este caso, la AGN señaló que en tres oportunidades se pidió el cambio del plazo del contrato y entre las causas se destacan “la necesaria incorporación de trabajos adicionales no contemplados oportunamente, los problemas que surgieron como consecuencia del clima y que afectaron en los días laborables”, entre otras cuestiones.

Los auditores tambiénencontraron obras en los que “se amplió el monto de la obra de manera significativa” tal como se puede apreciar en el siguiente cuadro:

AySA: falta de control y trabajos que se hacen fuera de término a valores más altos

Por todo lo expuesto la Auditoría recordó “la importancia de las funciones de inspección ya que es la única forma de certificar la calidad y el avance de las tareas”. AySA era quien debía realizar estas tareas.

Además debía auditar la cuenta bancaria del proyecto y todos los aspectos contables y financieros referidos al financiamiento del proyecto. Sin embargo, “de la lectura de los informes de auditoría interna no surge análisis que contemple el accionar financiero de la cuenta bancaria del proyecto ni de los aspectos contables de su ejecución”.