El Gobierno porteño demoró siete años para otorgar un Certificado de Aptitud Ambiental
Para el desarrollo de su actividad, muchas instituciones están obligadas a evaluar las consecuencias que puede generar su trabajo en el medio ambiente y, como contrapartida, la Agencia de Protección Ambiental les otorga una constancia. Sin embargo, la Auditoría porteña detectó “dispersión” en la entrega del documento, demoras que van entre 3 y 89 meses.
Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) detectó “dispersión” en los tiempos de tramitación de los Certificados de Aptitud Ambiental (CAA) con casos que demoraron hasta 89 meses.
La Dirección General de Evaluación Técnica de la Agencia de Protección Ambiental es la encargada de evaluar el impacto ambiental que las distintas instituciones generan con el desarrollo de su actividad y de emitir, cuando corresponda, la certificación.
Sin embargo, no solo hubo casos de excesiva espera sino que se observó mucha amplitud en ella. Si el trámite de Certificación se hizo a través de expedientes electrónicos “el promedio desde que se efectuó la solicitud hasta que se expidió el CAA fue de 6.7 meses con un máximo de 13 y un mínimo de tres”. Para aquellos que gestionaron la Aptitud en papel “el plazo más largo fue de 86 meses y el más bajo de dos meses”.
Según lo manifestado por la Dirección “entre el 80% y el 90 %de los tramites de pedido de CAA son vía web”.
La Ley de Evaluación de Impacto Ambiental categoriza a las empresas según las consecuencias ambientales que genere. Para elaborar este informe, la Auditoría porteña se centró en los expedientes relacionados con actividades “Sujetas a Categorización”, que son las que aguardan un procedimiento técnico administrativo para clasificarlas y con aquellos que explícitamente están categorizados como “Con Relevante Efecto”.
Éstos últimos, conforme a la Ley 12.339, corresponden a firmas que gestionen autopistas, líneas de subte o ferrocarril, supermercados o supertiendas, las centrales de producción eléctrica, las obras relevantes de infraestructura, solo por mencionar algunas.
En relación a los registros, la AGCBA informó que “la Dirección no cuenta con un sistema o base de datos informática donde gestionar los registros de Certificados”. De hecho, agrega que “al hacerlo manualmente no es posible obtener datos e indicadores”, como por ejemplo, la cantidad de solicitudes ingresadas un periodo determinado.
El informe, que evaluó el 2014 y fue aprobado el año pasado, cita trabajos anteriores de la Auditoría vinculados a la expedición de Certificados de Aptitud Ambienta. Uno de 2010 hace hincapié en la demora para resolver cada caso, lo que generaba que “la evaluación de impacto ambiental perdiera sustancia”. Otro documento, aprobado en noviembre de 2011, halló “debilidades serias en lo que hace a la integridad, seguridad y transparencia en la información” con consecuencias en el acceso “claro y seguro” a los datos.
Por último, también se recuerda un informe de la Unidad de Auditoría que recomendó en noviembre de 2014 “que se genere una base de datos unificada de todas las actividades, proyectos, programas, obras y actividades alcanzadas por las leyes ambientales para que se mejoren los plazos de tramitación de los CAA”.
Es importante recordar que la Auditoría Interna es un proceso de evaluación independiente dentro de una organización a fin de mejorar los procedimientos, contabilidad, normas de ejecución, informes financieros entre otras cuestiones.