De los 283 médicos del Centro de Salud Mental “Dr. Hugo Rosarios”, solo 62 son pagos
El informe de AGCBA también señala que por falta de espacio los profesionales tienen que recorrer las instalaciones buscando un lugar para atender y que muchas veces deben hacerlo en el patio, en el pasillo o en el jardín. Además, pese a los reiterados reclamos del responsable del instituto, no hay agentes de seguridad ni a la noche ni los días feriados.
La Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) informó que en el Centro de Salud Mental “Dr. Hugo Rosarios” trabajan 283 profesionales, entre psicólogos, psiquiatras, musicoterapeutas y otras especialidades, de los cuales “solo 62 son pagos y 221 trabajan en calidad de concurrentes, becarios y pasantes”.
El informe puntualiza que “el área de Adicciones es coordinada por una psicóloga de planta, pero que el resto de los nueve profesionales participan ad honorem”. Además señala que “el tiempo de espera entre la entrega del turno y la primera atención supera los setenta días”. Algo similar ocurre con el equipo de musicoterapia en donde “solo uno es rentado” y los otros 4 asistentes lo hacen como “concurrentes”. En ese sector también hay largas listas de espera para los nuevos, “con una demora que llega a los cuatro meses, debido a la falta de musicoterapeutas pagos”.
Por su parte, el sector de Promoción y Prevención en salud mental está a cargo de una psicóloga que “no tiene un cargo profesional”, mientras que el resto de los profesionales tiene un sueldo menor al que les correspondería como tales”. Por otro lado, “el área de terapia familiar está coordinada desde 1985 por un académico prestigioso que lo hace ad honorem” y “los equipos que se usan allí, como cámara filmadora y reproductores, fueron adquiridos por los mismos trabajadores, al igual que la caja fuerte donde se guardan”.
En la farmacia hay solo una profesional que “diariamente realiza la entrega de medicamentos tanto a los pacientes del Centro como a los derivados de otras instituciones”, por lo que hasta las 15 horas “nunca hay nadie para atender ésta sección”. En consecuencia, los auditores de la Ciudad señalaron que, por un lado, “quienes fueron atendidos durante la mañana deben volver por la tarde a retirar los remedios” y que, por el otro, “esta situación debilita el control de los fármacos que se entregan y del archivo de recetas”.
El edificio
Son múltiples las irregularidades que se detectaron en materia edilicia en el centro Hugo Rosarios. Uno de los puntos más llamativos es que los 26 consultorios con los que cuenta “no son suficientes”. Por ello, “los profesionales tienen que recorrer las instalaciones buscando un lugar para entender y, muchas veces, deben hacerlo en el patio, en el pasillo o en el jardín.
El tendido eléctrico es otro problema “ya que se pusieron nuevos equipos de aire acondicionado, pero la instalación existente no estaba preparada para los nuevos consumos”.
Los auditores, que visitaron el centro entre septiembre y noviembre de 2011, observaron “rajaduras y filtraciones en una de las medianeras que provendría de las excavaciones que se están realizando para la construcción de nuevas torres en una manzana vecina”. Para ellos, esta situación “amerita una urgente revisión del organismo correspondiente del Gobierno de la Ciudad”.
(In) Seguridad
El informe, aprobado en julio de este año, resalta que “en horario nocturno y los días feriados, el centro no cuenta con agentes de seguridad”. Pero esta situación no fue inadvertida por el responsable del Rosarios: “en agosto de 2010 informó y reiteró mediante una nota que envió a la Dirección General de Salud Mental de la necesidad de un cronograma de guardia permanente por parte de la Policía Federal después de las 20”. Entre los motivos mencionados en el escrito se destaca que “poseen elementos valioso como psicofármacos, computadoras, fotocopiadoras, impresoras y material didáctico”.
Dicho y hecho, “en la madrugada el 31 de octubre de 2010 hubo un robo en las instalaciones que afectaron, entre otros, al sector Farmacia de donde se robaron 1.500 comprimidos de Clonazepam y 700 de Alplazolam, además de computadoras, monitores LCD y un reproductor de DVD”.
La nota fue reiterada en diciembre de 2010 y en abril, mayo y junio de 2011. Pese a ello, “al momento de la auditoría el Centro no tenía efectivos de seguridad ni privados ni policiales”.