Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) reveló que el 52 % de las observaciones realizadas en 2008 sobre la labor de la Dirección General de Museos, relacionadas a la preservación y control de los bienes, “no registraron avances” hasta este año.

No obstante, de las 25 observaciones que realizó la Auditoría sobre la gestión 2006, señaló, en este nuevo informe de seguimiento, que el 28% tuvo un “avance satisfactorio” y que el 20% restante tuvo solo una mejora “incipiente”.

Los auditores realizaron sus tareas entre enero y abril de este año y señalaron que en los museos no se registraron mejoras en lo referente a la guarda y conservación de los bienes, ya que “el 40,78 % están -almacenados- en espacios y condiciones inadecuadas”.

Otro punto en el que la AGCBA no detectó progresos fue en el proceso de vinculación de las Asociaciones de Amigos con los respectivos museos, particularmente en lo que respecta a los usos comerciales de locales ubicados en los mismos.  El informe agrega que “no existen convenios que avalen la cesión de espacios para la instalación de tiendas de merchandising y bares, haciendo responsable a la Ciudad por los daños y perjuicios que pudieran ocasionarse respecto a terceros”.

De los casos que tuvieron "avance incipiente" en lenguaje de los auditores, se destaca al Registro Único de Bienes Culturales. La AGCBA accedió al listado que contiene el rotulado y la descripción de bienes de 6 museos, sólo en el Perlotti “no -se-  tuvo acceso” a la información porque “la persona responsable se encontraba en uso de la licencia anual ordinaria, sin que hubiese otra persona en el museo que conociera la clave de acceso”.

Además, la Auditoría tomó una muestra de piezas para “verificar su carga en la base de datos” y constató que el modo de registro de la información “varía, no sólo de un museo a otro, sino también de un objeto a otro”. Esta variabilidad responde a si “el personal que realiza la carga es especializado o administrativo y a la cantidad de recursos humanos que disponga el museo para la carga”, entre otras causas.

En lo referido al “marcado” de la pieza, la Auditoría señaló que “los criterios para realizarlos se han modificado a lo largo del tiempo”, por que “se vieron piezas que fueron rotuladas en épocas que primaban criterios más invasivos para la marca del objeto”. El informe asegura que hay elementos de plata con el número grabado en el mismo cuerpo con un punzón.

Siguiendo con el tema del registro de bienes, la AGCBA explicó que “ante la falta de los recursos necesarios para una adecuada rotulación, se optó por identificar la pieza tratando de atenuar los riesgos de ello”. Un ejemplo es el del Museo de la Ciudad donde “se vieron cinco objetos cuyo marcado se había realizado con cinta de engomar en objetos de cerámica y enlozado” debido a que “no contaban con el recurso necesario”. Si bien “no es el -material- adecuado”, los auditores dijeron que, “contiene menos adhesivo que una etiqueta común”. 

Registro de empleados


La AGCBA señaló en su informe que “la Dirección posee información inconsistente y diferenciada de la que tienen los museos respecto de la planta de personal”. Los datos surgen a partir del “cruce de las fuentes de información”. Sólo “en tres -de diez- casos lo informado por el museo coincide con la información proporcionada por la Dirección”. El “caso extremo”: el Museo Larreta “informó 21 personas trabajando mientras que la Dirección tiene registradas 47”.